Belén Vidal o, lo que es lo mismo, BFlecha, es de esa clase de seres casi inexistentes y difíciles de encontrar que no se conforma solo con componer, tocar y cantar, sino que, además, produce ella misma sus trabajos, es decir, lo que podemos llamar una artista musical de lo más completa. Con un talento innegable y con varios discos de gran éxito a sus espaldas, esta gallega con música en sus venas, es una de las artistas más aclamadas del panorama electropop de nuestro país. Con su último disco, "Beta", en la calle y con el proyecto de versionar una mítica canción de los ochenta de Aviador Dro para Reebok Classic en proceso, nos cuenta cómo está resultando la experiencia y cómo es capaz de sacar adelante ésta y todas sus ideas de manera independiente.
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la música y cómo has conseguido hacerte un nombre dentro de un mundo tan competitivo?
Empecé escribiendo canciones, tocando y cantando en un grupo cuando tenía dieciséis años. Hacia el año 2000 le compré el ordenador a un amigo para grabar nuestras maquetas, él me lo pasó con el software de audio Nuendo instalado y, a partir de ahí, fue cuando realmente empecé a producir, al descubrir nuevas formas de trabajar sin depender de una banda. En Arkestra siempre hemos hecho todo a nuestra manera. Cuando empezamos éramos un grupo de amigos que quería hacer cosas en Vigo, y aunque nadie pensaba en crear un sello, al final, por necesidad, lo acabó siendo. En muchos casos no teníamos referencias de cómo hacer las cosas, hemos tenido que ir abriendo nuestro propio camino y, de alguna manera, inventarnos nuestro trabajo. También es muy importante creer en lo que haces y ser persistente, todo eso al final es lo que lo hace que las cosas sean de verdad.
Tu seudónimo, BFlecha, ¿tiene algún significado en particular?
En realidad no, me gusta porque suena español y no significa nada en concreto, y me sirve para representar mi música y mis ideas.
¿Qué nos puedes adelantar acerca del tema que estás preparando para el videoclip “La ciudad en movimiento”, en el proyecto impulsado por Reebok Creative Hub?
He intentado encontrar un equilibrio entre respetar la esencia del tema, aportar mi estilo y que, a la vez, suene actual.
¿Cómo surge esta oportunidad de trabajar con Reebok Classic y qué supone para ti realizar colaboraciones con otros artistas?
Se pusieron en contacto conmigo, me explicaron el proyecto y me atrajo mucho la idea de tener un equipo donde el trabajo se divide en secciones más especializadas, creo que eso lo eleva a otro nivel. En este caso ya conocía a algunos de mis compañeros, Tomás Peña fue el director de mi video B33,y es un placer volver a trabajar con algunos de ellos. Además, me parece una propuesta muy interesante y diferente por parte de Reebok Classic, así que estoy muy contenta de poder participar.
Con el proyecto “La ciudad en movimiento” tienes que versionar una canción de los ochenta de Aviador Dro. ¿Cuál es la parte más interesante de versionar un tema y qué es lo más complicado?
La verdad es que está fluyendo todo muy bien y creo que es porque, aunque somos de una generación diferente, me siento muy afín a ellos y nos inspiramos en temas similares como la tecnología, la ciencia, la literatura... Además, poder versionar a un grupo o un tema que te gusta te motiva aún más. Lo más complicado, quizá, es ser consciente de que estás haciendo una versión de un temazo, por eso mi intención es respetar lo más característico de la canción como la sensación que transmite, los arreglos, etc.
¿Cuáles son tus principales referencias e influencias dentro del panorama musical español y cuáles a nivel internacional?
Mis referencias principalmente son la gente que me rodea, mi entorno, Arkestra, CALOR… ellos son mi influencia más directa, aquellos que quieren intentar hacer algo con carácter propio y que apuestan por lo diferente.
Además de cantante, compones tus temas y los produces. ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene el hacerlo todo tú misma?
Lo bueno es que tienes el control absoluto sobre el proyecto y las decisiones las tomas tú, pero es verdad que trabajar solo a veces puede resultar muy denso, sobre todo en proyectos muy grandes como un LP. Me atrae la idea de colaborar con gente. En mi último disco, Beta, hay temas que los hice así y, por ejemplo, trabajar con Mwëslee me ayudó mucho a la hora de conseguir un sonido más uniforme. A veces estás estancado y una visión de fuera te hace verlo todo mucho más sencillo. Me parece muy divertido trabajar así y además, me hace salir de mi zona de confort y probar cosas que igual, de otra forma, no me atrevería a hacer.
Cuando comienzas a componer una nueva canción, ¿cuál suele ser tu punto de partida? y ¿cuáles suelen ser tus principales fuentes de inspiración?
Depende, a veces empiezo por la música y luego saco la melodía de voz. Otras veces hay una idea que te inspira para hacer la música y la letra y en otras ocasiones es al revés, a partir de una melodía de voz desarrollo todo lo demás.
Cantas en español pero, ¿te has planteado componer en inglés para poder tener una mayor repercusión fuera de nuestras fronteras?
No, no me lo he planteado. El español es el idioma en que mejor me expreso y de igual forma que nosotros escuchamos canciones en inglés, aunque no nos llegue todo el mensaje, creo que puede pasar lo mismo a la inversa. Además, con más de cuatrocientos millones de hispano hablantes en el mundo, tan solo un 0,01% ya sería muchísimo para llegar a la máxima gente posible, sería mejor aprender mandarín (risas).
En 2005 fundaste Arkestra que, a su vez, ha terminado convirtiéndose en una discográfica y una plataforma para promover el pop electrónico español. ¿Cómo ves el panorama electropop en España y hacia dónde te gustaría dirigirte en los próximos años?
Más que fundar, éramos un grupo de amigos que queríamos hacer cosas juntos y una cosa fue llevando a la otra. En la escena musical de nuestro país creo que lo que falta es más diversidad. Nosotros ahora estamos muy centrados en el sello, Arkestra Discos, y lo que queremos es promover nuestra música y que llegue a cuanta más gente mejor, incluso a los que hablan mandarín (risas).
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