Una concept store es algo que respira. Me gusta mucho tener un trato cercano con mis clientes, que entren y salgan, que vengan aquí y que pasen un buen momento, compren o no. Es parte de mi mundo, como abrir mi casa. De hecho, yo mismo me hice cargo de gran parte del proceso de construcción de la tienda, por lo que es algo muy personal desde los cimientos.