Sí, obviamente te abren más las puertas. Presenté una colección con la que ya había desfilado en Nueva York porque una revista me invitó a desfilar junto a varios diseñadores más. Nunca había llorado en un show, pero en ese lo hice. Durante el año trabajé no solo en moda, sino que también estuve en un museo, y colaboré con el estilismo de la campaña de H&M en México; así que hice cosas muy diferentes a diseñar. El desfile en México surgió de todo lo que había aprendido durante el año. La unión del estilismo, la música, los modelos, la energía, las entrevistas, y todo lo que pasó en conjunto me hicieron llorar. A fin de cuentas amo México, mi marca es mexicana y fue muy sentimental.