Pensad en una mariposa. Ahora, volved un poco atrás en el tiempo: pensad en esta mariposa, la misma, pero justo antes de serlo; en su vida antes de la metamorfosis, cuando sus alas de colores aún no habían salido de la crisálida. Con esta imagen en la cabeza, os presentamos a Miguel y a Lena. Ellos son los propietarios de Babochka, tienda ubicada en la calle Roger de Flor 142, en el Eixample Dret de Barcelona: ahí es donde tiene lugar la magia. Mediante un proceso de artesanía, cuidado y mimo, seleccionan, restauran y confeccionan prendas y objetos únicos para dotarlos de una nueva vida, de una nueva historia y convertirlos, de algún modo, en mariposas.
Lena: Uh, complicado… La verdad es que nadie nos entendía, creo que ni nosotros mismos. ¿Cómo explicas que lo que quieres es un espacio para trabajar, crear, recuperar, confeccionar, buscar y vender objetos curiosos, ropa vintage, ropa actual de diseñadores locales y también ropa hecha por nosotros mismos? A todo esto hay que añadirle, además, que todo lo que hay en la tienda también está a la venta; como las lámparas, muebles, decoración y plantas… ¡Ah! y que somos una sastrería sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Miquel: Lo que sí teníamos claro era que debía ser un espacio diferente, uno que uniera todas estas cosas que nos gusta hacer y donde pudiéramos compartir proyectos con nuestros amigos y colaboradores.
Miguel: Nuestro primer proyecto juntos fuera de la escuela fue una colección de pajaritas hechas de un muestrario de tejidos. Y estábamos buscando un nombre…
Lena: Lo decidimos cuando Miguel me preguntó cómo se llamaban las pajaritas en ruso y, al escuchar la palabra babochka, propuso que ese fuera el nombre. ¡A mí me encantó! Aparte, como ya has mencionado, babochka significa mariposa y, en cierto modo, nuestro proyecto tiene un proceso similar al de la mariposa.
Miguel: Es como un gusanito que pasa por un proceso de transformación y se acaba convirtiendo en una preciosa mariposa. Nosotros también damos este proceso de transformación a los objetos y materiales que recuperamos y convertimos en algo diferente, único. Como una americana hecha del tejido del colchón antiguo, o una maceta hecha de un mortero.
Lena: Consiste en confiar en nuestros gustos; buscamos y seleccionamos todo aquello que nos llame la atención, sin seguir estrictamente la moda, pero siempre con una visión actual.
Miquel: Viajamos, visitamos ferias, coleccionistas… Y también hemos conocido a muchísima gente que ha guardado durante años piezas y objetos valiosos. Procuramos conocer las procedencia de todos ellos.
La verdad es que hay muchas: cada objeto tiene una detrás. Por ejemplo, tenemos unas faldas de bailarina del teatro Bolshoy de los años 50 con una cintura tan pequeña que las hemos convertido en capas y… ¡Han sido un éxito! También unas prendas prototipo, de una colección de hombre del 68, de una marca local catalana que nunca llegó a fabricarlas y estuvieron guardadas en el almacén los últimos 50 años. Hay muchas historias y nos gusta conocerlas y contarlas a nuestros clientes.
Lena: No estamos en contra de la producción en masa. Simplemente, a nosotros nos gusta otro modo de consumir, y estamos seguros de que hay más gente como nosotros.
Lena: Más que luchar, se trata de proponer esta otra manera alternativa de consumir. Nuestra experiencia profesional nos llevó a plantearnos que debería haber otra manera de producir, de consumir y de relacionarse. Eso sí: ¡hemos aprendido mucho!
Miquel: Yo, viniendo de una familia de modistas y habiendo trabajado varios años en una sastrería, quiero impulsar el proceso artesanal de la moda sin que sea un producto elitista.
Miguel: Más que un estilo en sí, queremos recuperar la manera cómo se producían y se consumían las cosas hace unos años. Antes, las piezas se hacían para toda la vida, y el que compraba conocía a quien las hacía.
Lena: Hay que recuperar la artesanía: otra manera de relacionarse con lo que compramos, con lo que nos ponemos. Ser conscientes y saber de dónde vienen las cosas. ¡Así los objetos que compremos tendrán alma!
Miquel: Más que un criterio, es un proceso: veo, imagino, recreo. Sin plantearme límites y experimentando, pero siempre manteniendo el proceso tradicional y artesanal.
Lena: No nos hemos cerrado a ningún perfil de cliente determinado en ningún momento. Nuestras puertas están abiertas a todos: a las señoras del barrio de toda la vida, a la gente joven y moderna, a los amantes del vintage, a artistas, a rockeros, a clásicos…
Miquel: En Babochka se encuentran cosas para todos los gustos y, si no tenemos lo que buscas, ¡te lo hacemos a medida!
Pase lo que pase, ¡el gusano siempre termina siendo una mariposa! (Risas). Ese es el propósito.