Bueno, pues fue como cuando tienes una revelación, una iluminación divina diría yo. Pensé, “la publicidad es una mentira”, y era ahora o nunca, aunque he de reconocer que haber estado tanto tiempo trabajando en ese mundo me ha servido para el negocio de la moda. Lo del taller en Lavapiés tiene una sencilla explicación: estaba debajo de casa, era lo más cómodo. La verdad es que cuando empecé no sabía a dónde iba a llegar con esto, no sabía que iba a trabajar con Madonna o Lady Gaga o a hacer desfiles. Hasta el momento hago lo que es mi pasión, cuando deje de serlo, haré otra cosa. Esa es mi filosofía de vida.
Para mí, el cuero es un material vivo. Crear una pieza de cuero significa crear algo vivo, ya que es un material que cuenta con la capacidad de ir cogiendo la forma del cuerpo según lo vas usando, se va adaptando a ti, lo que lo convierte en pieza única. En mi opinión, el cuero es el único material que está vivo, y que por lo tanto nunca pasará de moda, ya que envejece en algunas ocasiones mejor que nosotros.
Cuando diseño no estoy pensando en sexo o en contenido sexual, pero es cierto que luego mis piezas suelen recordar a objetos fetichistas u objetos relacionados con el sexo. No es algo de lo que sea consciente al diseñar. Supongo que será algo del inconsciente y que no puedo evitar. Diseño para gente que no quiere pasar desapercibida, mis clientes buscan ser distinguidos. Todo el mundo tiene un fetiche, simplemente no saben que se llama así o que existe. ¿Cuántas mujeres conoces que coleccionan zapatos de tacón? Lo llaman adicción, pero no lo es – claramente hablamos de que tienen un fetiche.
Yo no hablo con nuevos ricos, mis clientes buscan en mí la confianza, y la cercanía, puedo entender directamente lo que quieren. No hablo de los que vienen a comprar una colección ya hecha, sino de los clientes privados que quieren algo concreto. Yo les ayudo a hacer que esa idea que tienen en la cabeza tome forma y termine siendo el diseño que ellos quieren.
Comencé diseñando vestuario para grandes fiestas como Goa o Supermartxé. Todo lo que diseñaba lo colgaba online, y fue Lady Gaga quien vio mis trabajos y me pidió que diseñara varias piezas para ella, hizo como 7 pedidos. Ese fue mi primer paso internacional, después todo fue sobre ruedas, llegó una avalancha de pedidos… Fue como llegar a existir realmente.
Esta colaboración ha sido la más grande para mí, porque todo lo que hice para ellos está aún en el mercado, los brazaletes, los cinturones… Todo. Para mí fue todo un placer que Nicola Formichetti confiase en mi trabajo al hacerme el encargo de todos los complementos de la colección, suponía una gran responsabilidad y aún cuando pienso en ello digo, “wow”.
Todo viene de conceptos muy fuertes, no trabajo con bocetos, el proceso es muy experimental. Solo cierro los ojos y visualizo lo que quiero hacer. Ernst Haeckel era un biólogo e ilustrador que apoyaba y ayudaba a materializar las ideas de Freud. Me fascinaban sus dibujos, quería dar vida a unos de ellos. Y de alguna manera lo logré. Trato de hacer que todo lo que diseño tenga un toque artístico y artesanal, por eso el producto está llegando a sitios que comercian con arte.
Esto comenzó como un sueño. Balenciaga me llamó para hacer una serie de complementos para su desfile, y yo aproveché para crear una propuesta para el Museo del Traje, y empezamos a trabajar en ello. Me dieron cerca de 100 opciones, y yo escogí 14. Lo que trataba de mostrar con esta colaboración es cómo un diseño de Balenciaga, atemporal y lleno de matices, se puede ver adornado con uno de los míos para darle, si cabe, más personalidad y ese toque más crudo.
Rossy de Palma es una persona que no puedo explicar con palabras… Si quisieras definirla con un hashtag, sería #autentica porque es alguien “old shchool”, conecta a unas personas con otras, puede reinventarse en cada momento, puedes aprender de todo con ella incluso sin hablar. Es mi musa, sin duda alguna me inspira y me hace querer aprender más y más.
Yo conozco Bulldog desde hace muchos años, de hecho antes de la colaboración era la marca de ginebra que siempre tenía por casa. Es un ginebra muy equilibrada, sus ingredientes están perfectamente combinados de manera que la armonía del sabor es única. Contactaron conmigo para el proyecto, y no dudé en aceptar este reto, aunque en realidad fue muy sencillo, ya que la marca y yo encajamos en un 99%. Tenemos el mismo tipo de consumidor, hablamos igual y defendemos el mismo argumento, tratamos con una persona que es muy "polite" pero que actúa "properly", ya que tiene un carácter y una personalidad propia, como mis bolsos y accesorios. Para crear los bolsos de esta colaboración, saqué los doce pinchos que son la insignia del cuello de la botella, y los ensamblé en el bolso. Así fue como comenzó todo, estos doce pinchos representan los doce ingredientes botánicos de la ginebra. Partí de un concepto como el de la marca, rockero. La mujer para quien hice el diseño tiene una personalidad doble, y el resultado consta de una parte interior blanca, que sería como el lado de “niña buena”, pero luego puedes ponerle su “cage”, y ese es el toque rockero y más cañero.










