Si vives solo y no eres anti-social, estar en contacto con tu gente querida constantemente. Yo tengo la suerte de vivir con Raquel, la compi que me engaña para que me ponga sano y buenorro, y creo que nos mantenemos mentalmente estables la una a la otra. Hablamos, jugamos, nos viciamos a series y pelis, cocinamos, etc., y eso me parece fundamental. Igualmente, hago videollamadas con las demás amigues con las que no vivo (aunque ojalá, ¡qué sueño haber alquilado una nave industrial en Poblenou a principios de marzo con mucha gente!), porque somos animales sociales y lo necesitamos.
Si eres un poco maricón como yo, o también si eres mujer, ya sabrás que experimentar con tu pelo es una solución para superar tiempos de crisis, cambios y estrés. Si eres mujer, te harás flequillo o te lo cortarás como Anna Wintour; por lo que me dicen mis amigas, es terapéutico, así que hazlo, tu pelo necesita ese saneamiento. Si eres gay, tienes dos opciones: decolorarte o raparte. Yo llevaba cuatro años y medio con el pelo rosa, así que solo me quedaba volverme loca como Britney y raparme. Así ha sido. Ahora, si no hablo ni me muevo y poso medio serio, hasta podría parecer hetero en una foto. Para todos los demás, jugad con todos los filtros de Instagram tipo ‘¿qué canción de Bad Gyal eres? ¿Qué personaje bíblico te representa?’ y mierdas así. Corren buenos tiempos para la introspección y el auto-conocimiento.