Si has ido leyendo METAL estos días, o incluso si solo nos has seguido en las redes, ya sabrás que estamos haciendo una serie de entrevistas cortas para averiguar cómo están llevando las personas de nuestro entorno el confinamiento. Y, claro está, para que nos recomienden algunas cosillas y así tener listas de pelis, series, libros, música y videojuegos hechas con buen ojo, que así no erramos el tiro. Pero nosotros, el equipo que hace que la revista funcione, también sufrimos el aislamiento, así que hemos pensado que sería divertido –y un punto meta, que siempre es guay–, responder a nuestras propias preguntas. Así que aquí va. ¡Bienvenidos a nuestros mundos particulares!
Antes que nada, ¿puedes presentarte y decirnos desde dónde nos contestas?
Aquí Arnau, el editor de contenidos de METAL Magazine. Nos auto-contesto desde Barcelona, donde vivo evitando la playa y los guiris.
Cuando empezaron las noticias sobre el covid-19 en Wuhan, que luego se extendió y cuyas consecuencias se empezaron a notar, por ejemplo, con la cancelación del Mobile en Barcelona, ¿qué pensabas tú?
Soy Capricornio y además estudié una carrera relacionada con el periodismo y los medios de comunicación, así que, lógicamente, fui muy escéptico. De lo que veo y leo en medios generalistas, me creo la mitad. Además, soy afín a aquellas teorías de la conspiración que ponen en cuestión las actuaciones de gobiernos y agencias gubernamentales para conseguir la hegemonía mundial o control sobre la población –como el 11-S impulsado por el propio gobierno estadounidense para tener la excusa de invadir Oriente Medio. Así que nada, dudaba de todo –sigo haciéndolo, pero encerrada en casa.
Ahora ya vemos que sí, que es grave y debemos quedarnos en casa confinados. ¿Cómo lo estás llevando tú? ¿Qué haces para sobrellevarlo?
Por suerte, como puedo teletrabajar, de lunes a viernes me mantengo más o menos estable mentalmente y estoy frente al ordenador currando. Intento mantener el horario de siempre, aunque siempre he sido muy nocturno, así que a medida que han ido pasando los días, cada vez empiezo más tarde –pero también acabo más tarde. ¡Qué gusto trabajar a las 2 de la madrugada, de verdad te lo digo!
Aparte de esto, estoy aprovechando para ver pelis que tenía pendientes, leer cosas más allá de los textos que edito, y hasta cocinar. Me encanta comer, pero odio perder dos horas de mi vida cocinando algo que desaparece en cinco minutos. ¿Dónde está la gracia? A los que decís que os relaja, porfa, explicádmelo. Me sigue poniendo nervioso pero no tengo nada más que hacer, así que ahí vamos… Antes no hacía ejercicio y sigo sin hacerlo. Aunque mi compañera de piso, a la que amo, me ha engañado en alguna ocasión para seguir los pasos de unas locas motivadas en Youtube haciendo sentadillas y abdominales. Han sido dos veces porque claro, luego tardo tres días en recuperarme…
Danos un consejo para pasar una cuarentena mejor –o menos peor…
Si vives solo y no eres anti-social, estar en contacto con tu gente querida constantemente. Yo tengo la suerte de vivir con Raquel, la compi que me engaña para que me ponga sano y buenorro, y creo que nos mantenemos mentalmente estables la una a la otra. Hablamos, jugamos, nos viciamos a series y pelis, cocinamos, etc., y eso me parece fundamental. Igualmente, hago videollamadas con las demás amigues con las que no vivo (aunque ojalá, ¡qué sueño haber alquilado una nave industrial en Poblenou a principios de marzo con mucha gente!), porque somos animales sociales y lo necesitamos.
Si eres un poco maricón como yo, o también si eres mujer, ya sabrás que experimentar con tu pelo es una solución para superar tiempos de crisis, cambios y estrés. Si eres mujer, te harás flequillo o te lo cortarás como Anna Wintour; por lo que me dicen mis amigas, es terapéutico, así que hazlo, tu pelo necesita ese saneamiento. Si eres gay, tienes dos opciones: decolorarte o raparte. Yo llevaba cuatro años y medio con el pelo rosa, así que solo me quedaba volverme loca como Britney y raparme. Así ha sido. Ahora, si no hablo ni me muevo y poso medio serio, hasta podría parecer hetero en una foto. Para todos los demás, jugad con todos los filtros de Instagram tipo ‘¿qué canción de Bad Gyal eres? ¿Qué personaje bíblico te representa?’ y mierdas así. Corren buenos tiempos para la introspección y el auto-conocimiento.
Ahora que le vamos pillando el truquillo, si te dieran la posibilidad de pasar otra cuarentena con cualquier persona (viva o muerta, famosa o de tu entorno), ¿quién sería y por qué?
La verdad es que con Raquel se vive muy bien, no tengo ninguna queja –en realidad llevamos ya casi seis años viviendo juntas, así que nos avenimos mejor que un matrimonio con hijos, que lo joden todo. Pero como se me da la oportunidad de elegir, voy a hacerlo, ¡soñar es gratis!
Estoy entre dos personas por eso: una es Carole Baskin (si no has visto Tiger King, ¡ya tardas!), a ver si me mata y me da de comer a los tigres y así se acaba este sufrimiento de una vez, que estoy un poco hasta el coño. La otra creo que sería Salvador Dalí. Nació el mismo día que Aina, mi mejor amiga de toda la vida, así que por lo que me comenta mi experiencia personal –y Co-Star, mi guía espiritual–, nos llevaríamos bien. Además, estaba loca de remate, así que seguro me lo pasaría genial todos los días. A lo mejor me convertiría en su segunda musa y me pintaría, ¿te imaginas? Y como era bisexual, ¡hasta es posible que acabásemos en la cama! Así que Dalí lo tiene todo: buena conversación, risas aseguradas, buenos contactos para cuando saliera de la cuarentena, satisfacción del ego personal, drogas psicodélicas y sexo. No pido más.
Estamos todos como locos buscando nuevo contenido, así que te pediré algunas recomendaciones con una pequeña explicación de por qué las eliges: una peli.
Os voy a recomendar cuatro diferentes porque cada uno está suscrito a una plataforma diferente y no quiero discriminar. En Netflix, The Matrix, porque en mis sueños estoy a punto de entrar en contacto con alguien que me dice que todo esto que estamos viviendo es mentira. El outfit ya lo tengo, solo me falta Keanu Reeves. En Amazon Prime, Train to Busan, de Yeon Sang-ho, y mira que no soy nada fan de las pelis de zombies… Pero esta la descubrí en un festival de cine asiático que hacían en Barcelona y me encantó. Es vertiginosa, pasa casi enteramente en un tren (hasta te aliviará ver que tu piso es más grande que un vagón cuando la acabes), y había personajes bastante destacables que hacen que la historia fuera amena a pesar de todo.
En Filmin, Holy Motors, de Leos Carax. La he visto ya varias veces y cada vez me gusta más, es de una belleza y plasticidad inmensa, y las cosas muy meta –es una peli sobre cine dentro del cine– me encantan. Y para mis favoritos, los que os bajáis pelis de Torrents como buenos punks de principios de los 2000, Ratas a la carrera. O sea, que alguien me dé el número del dealer de la persona que escribió eso –tanto el libro en el que se basa la peli, como el guion adaptado. Cada escena es más exagerada, estrambótica, desfasada, delirante y absurda que la anterior, aunque parezca imposible. Simplemente brillante.
Una serie.
Obviamente, Tiger King. Estoy obsesionado. Nos la ventilamos en un par de tardes y ojalá pasara algo ahora –¿que desaparezca el nuevo marido de Carole? ¿Que Kim Kardashian se ponga a defender a Joe Exotic? ¿Que aparezca un primo lejano de alguien y la líe todavía más?– que dé pie a una segunda temporada. Encenderé velas a los dioses en los que no creo para que suceda. Pero como ya ha pasado mucho y seguro ya la has visto, recomendaré Kakegurui. Es de anime y va sobre una escuela/academia de niños ricos donde todo, absolutamente todo, se apuesta. Aparece una estudiante nueva que está loca, apuesta como una enferma, y los juegos en los que entra con otros estudiantes son fuertecitos –desde apostarse las uñas de las manos hasta jugar a la ruleta rusa.
Un libro.
Azul casi transparente, de Ryu Murakami –que no es ni primo ni nada de Haruki Murakami, el superfamoso; aunque de él también podría recomendar cualquiera, son una delicia. Pero el de Ryu me encanta, me marcó cuando me lo leí hace unos años. Tiene ese tipo de sensibilidad tan particular, tan silenciosa incluso, que relaciono generalmente con el cine o la literatura japoneses. Habla de los anhelos de la juventud, de la gente que descarrila, del nihilismo cuando todo parece perdido o sientes que lo que pasa a tu alrededor no va contigo. Precioso, sin pelos en la lengua y crudo. Además, es bastante corto, así que no hay excusa.
Azul Casi Transparente Ryu Murakami.jpg
Una canción o álbum.
Me encantaría hacerme la intelectual pero voy a decir el último de Bad Bunny: YHLQMDLG. Realmente no empecé a prestarle demasiada atención hasta que le vi en el Sónar Barcelona del año pasado, que fue una sorpresa muy grata, y con el álbum que sacó en febrero me ha acabado de enganchar. Temazo tras temazo. ¿Y qué habla mejor del zeitgeist del momento que Yo perreo sola? Puro 2020.
Un videojuego.
Tekken. De pequeño los tenía todos, era un viciado. Y ahora que lo tienen Oscar y David, mis dos mejores amigos, lo he vuelto a redescubrir. Abrazarles me da igual, solo quiero poder ir a su casa a machacarles –es broma caris, os quiero.
Y para acabar, cuando acabe la cuarentena, ¿qué es lo primero que tienes pensado hacer?
¿Ir al Bilbao BBK Live? Porque al ritmo que vamos, no salimos hasta julio… Así aprovecho y veo a Bad Bunny otra vez también, salimos de fiesta con les amigues y tenemos contacto físico, bailamos y saltamos, estamos al aire libre, cojo un avión o un tren o un coche y cambio de paisaje… No sé, me parece un planazo y lo tiene todo. Como Dalí.
Arnau Salvado Metalmagazine 2.jpg