Fueron varias cosas las que me llevaron a eso. Una de ellas fue que como ilustradora no funcionaba, trabajar por encargos no me gustaba –que la gente te diga, quiero esto o aquello. No me sentía realizada, necesitaba empezar a expresarme. Empecé con una exposición pero no terminaba de verlo. A mí me encanta la moda y siempre me había querido dedicar a ello, desde pequeña, pero era algo que había dejado de lado. Como al final había estudiado otra cosa, lo tenía bastante apartado.
Sí que es verdad que me customizaba la ropa, la cortaba, escribía cosas, etc. Eso lo vio en mi una tienda multimarca en mi Instagram y me empezaron a pedir chaquetas y demás. Al final, las chaquetas eran un lienzo para mí, expresaba lo que quería. Me pareció brutal que, sin dejar de lado la ilustración, pudiera aplicarla a la moda. Así, me di cuenta que había encontrado lo que realmente quería hacer. Llegó a un punto en el que decidí que quería crear mi propia marca y dejé de trabajar para ese cliente para crear algo propio.