Tras la marca Apparatu se encuentra Xavi Mañosa, artesano, ceramista y diseñador por herencia familiar. Estudió diseño industrial, y tras un periodo de tiempo viajando, volvió a su hogar, a su taller en San Cugat del Vallés, Barcelona, e inició una nueva etapa reinventando un oficio tan tradicional como es la cerámica.
¿De dónde proviene tu interés por el mundo de la cerámica?
Por herencia familiar, creo que si mis padres no hubieran tenido un estudio de cerámica, raramente me dedicaría a esto. De niño no me interesaba, me hacían pasar aquí las tardes trabajando y yo me escapaba.
¿Fue algo “traumático” al principio, entonces?
De pequeño era muy travieso y me tenía que quedar en el estudio porque no se fiaban mucho de dejarme solo en casa. Cuando tuve que escoger qué quería estudiar, opté por diseño industrial y tiempo después empecé a hacer piezas de cerámica. Supongo que al alejarme vi que tenía que volver a mis orígenes.
¿Por qué el “Diary” de tu web?
Un taller artesanal tiene que mostrarse. Que se pueda ver el proceso de trabajo es un valor añadido.
¿Cómo es la aceptación de tus padres cuando llegas con tus piezas?
Mis padres siempre me han animado y han insistido en que cree cosas nuevas, en que experimente, en que encuentre aquello que realmente me guste y defina mi estilo. En realidad toda la familia tenía claro que terminaría haciendo cerámica, el único que no lo tenía claro era yo.
¿Y cómo se adapta la empresa al cambio de nombre?
No les ha importado, querían que fuera algo familiar, así que el cambio de nombre y nueva línea Apparatu lo aceptaron como algo natural.
Me encantaron tus workshops de comida de cerámica en el Museo Picasso, ¿cómo surgió?
La idea empezó en un proyecto con la marca Vialis, cada estudio de la plataforma Surtido recibía una caja de materiales con el que ellos producen. Vi una cremallera y me recordó la boca de un pez. Así que hice peces de cerámica, ese fue el primer alimento.
Uno de tus tándemes más productivos ha sido con el diseñador Alex Trochut...
Yo llegaba de Berlín y un amigo me enseñó su página web y me fascinó. No sabía de su magnitud, así que le envié un email para trabajar juntos y a él le intereso la idea. Empezamos con Manga, que era un jarrón de una manga inspirada en la chaqueta Michelin, después llegaron los flotadores Cococktail, que nos vinieron genial como soporte, pues al fin y al cabo es un 2d inflado y salieron tres piezas, dónde en cada una de ellas hacíamos homenaje a un cóctel: Dowtown, Florida y Tiki Bar. Después llegaron los Skate fails inspirados en los relojes de Dalí, y por último los Tótems, con los que nos invitaron a Ciudad del Cabo para realizar unas ponencias y donde nos acompañaban 3 estudios más representando a España.
¿En qué estás trabajando ahora?
Acabamos de llegar de Milán y hemos presentado una nueva colección de lámparas para la marca Marset. También una pieza para la marca Kettal llamada Pussel que puede ser un florero, un candelabro y también una lámpara. Es una pieza que diseñé cuando tenía 12 años. Nunca tuve la obra acabada hasta que Kettal me propuso hacer algo para ellos, así que rediseñamos la pieza porque no era muy funcional con el diseño inicial. Pussel está compuesta por piezas de cerámica y por una de vidrio, la cual está realizada por el estudio 40 Plumas, un estudio de vidrio de Barcelona artesanal como nosotros.
La artesanía va mas allá de hacer cosas a mano...
El concepto o la idea de hacer cosas a mano es muy abstracto, en artesanía no. Hacerlo tú mismo, desarrollarlo al límite de tus posibilidades, no pensar en que te salga rentable a nivel de tiempo sino en llegar al máximo nivel de perfección. Hacerlo bien hecho. Eso es artesanía.
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