Romance onírico entre flora y fauna, procedente de piezas antiguas de porcelana rotas que interactúan entre sí como si la fuerza de la gravedad no tuviera efecto sobre ellas. Así podríamos definir las piezas de joyería artesanales de Andrés Gallardo y Marina Casal. Nos reciben en su recién estrenado estudio en Madrid para presentarnos su nueva colección primavera/verano 2013 que saldrá a la venta en febrero y charlar sobre la vertiginosa evolución que su marca ha sufrido en los últimos meses. Caballos, palomas y medallones de leones son algunas de las nuevas incursiones de fauna que se unen a sus ya clásicas rosas de porcelana para crear una colección de inspiración mitológica y bucólica.
Antes de comenzar con vuestro proyecto de joyería, ¿a qué os dedicabais cada uno de vosotros? ¿Cómo os conocisteis?
Andrés Gallardo: Ambos somos diseñadores de moda, empezamos trabajando en Don Algodón y fue donde nos conocimos, después de dos años allí me fui a Bimba y Lola y Marina se quedó trabajando con Juan Duyos durante tres años. Después volví a Madrid a la marca Raasta, allí nos volvimos a juntar y después de cinco años decidimos dejarlo el mismo día y lanzarnos con el proyecto. Comenzamos hace dos años haciendo piezas para amigos cercanos y al año fue cuando decidimos dejar el trabajo y montar una marca porque empezó a ir bien, comenzamos a salir en prensa, nos ilusionamos y comenzamos a creer en ello. Todo el mundo nos animaba y en las tiendas funcionaba y se vendía. Empezamos vendiendo en la tienda Love Dispensary, ahí nos dimos cuenta de que no solo le gustaba a nuestros amigos, sino también a gente que no conocíamos.
Marina Casal: Al principio Andrés me preguntó si me uniría a él porque no quería llevarlo él solo y lo veíamos como algo que podía pasar en un futuro pero de repente todo coincidió y los planetas se alinearon para tomar la decisión de seguir adelante con el proyecto.
¿Cómo surgió el proyecto de una colección de joyas de porcelana?
Andrés Gallardo: Yo siempre he tenido mis trabajos pero me gustaba hacer proyectos paralelos y la idea surgió en un viaje a Berlín paseando por los mercadillos con mi chico, nos fijamos en las figuras de porcelana, que siempre me habían llamado la atención, veíamos muchas cajas de manos y cabezas y nos pareció buena idea trasladarlo a la joyería en forma de colgantes, incluso coger piezas de animales, romperlas y crear algo nuevo; mi chico que sabe de maquinaria me descubrió que la porcelana se puede pulir y agujerear, así que decidí comprar unas cuantas piezas y hacer una prueba. Lo interesante para mí era la idea de romperlas y quedarme con las partes que más me gustaban, uniéndolas con otras piezas.
Marina Casal: Al principio eran amuletos y hemos ido avanzando poco a poco en el mundo de la porcelana descubriendo que no tiene fin. A raíz de eso comenzamos a interesarnos en casas de porcelana como Lladró y a cogerle cariño. Lo interesante es que nos hemos inventado la forma de engarzar las piezas, al principio era improvisación total.
Comenzasteis rompiendo las piezas pero ahora diseñáis y encargáis las piezas para que os las fabriquen.
Andrés Gallardo: Ahora partimos de piezas rotas igualmente pero afortunadamente podemos reproducirlas, antes íbamos al rastro y comprábamos un stock de 50 piezas únicas, pero era muy limitado, porque nos compraba una tienda y ya no podíamos continuar abasteciendo a las demás; ahora tenemos 70 puntos de venta y a la hora de crear cogemos la pieza única, la rompemos y cuando tenemos la joya diseñada, sacamos el molde. Ahora incluso podemos diseñar la pieza dibujándola y directamente producirla en porcelana. La idea que nos gusta de la marca es que sean piezas de porcelana rota, guardar la esencia de cómo empezó todo, pero ahora reproduciendo las piezas para poder hacer producción y poder servir a todos los puntos de venta.
¿Cómo es vuestro proceso creativo? ¿Qué os inspira? ¿Por dónde empezáis y cómo llegáis al resultado final?
Marina Casal: Nosotros estábamos acostumbrados a trabajar en moda, donde el proceso es muy diferente, podríamos decir que para nuestra colección de joyas el proceso es al revés y la pieza te trae el tema, si nos encontramos un águila azul tenemos que hacer algo con ella, nuestra idea inicial va cambiando conforme van apareciendo piezas y puede pasar de todo, además acudimos con nuestras ideas a la fábrica y allí nos damos cuenta de nuevas cosas que se pueden hacer y todo empieza a cambiar... con todo eso ya nos sentamos y nos centramos para darle forma.
Andrés Gallardo: Lo interesante de las fábricas es encontrar técnicas obsoletas de cómo se trabajaba la porcelana hace 1000 años y darnos cuenta de que podemos recuperarlas. También nos imaginamos cosas que luego no se pueden llevar a cabo, sobre todo en cuanto a colorido. Estamos aprendiendo mucho de la gente con la que trabajamos, como por ejemplo que el oro no se puede poner encima del cobre. La gente que trabaja en las fábricas de porcelana en Portugal y Valencia (donde está LLadró entre otras) está parada y piensan que ya no hay salida comercial pero se les ha abierto un mundo gracias a nosotros porque se dan cuenta de que se pueden hacer piezas diferentes que no sean angelotes o jarrones.
¿Cómo ha sido este proceso para vuestra última colección Jungle Bloom? ¿Podéis darnos alguna pista de cómo va a ser?
Marina Casal: La colección de verano va a estar a la venta a finales de febrero, es flora y fauna pero hemos avanzado nuestro concepto hacia un terreno más onírico, continuamos creando piezas a base de figuras de animales y plantas pero desde un punto de vista más surrealista y romántico. Hemos utilizado caballos, palomas y el medallón de un león aportándole un toque bucólico y mitológico. Los colores son blanco, dorado y pastel. Hemos empezado a hacer flores con diferentes formas porque antes usábamos las que encontrábamos pero ahora las diseñamos nosotros mismos.
¿Vais a introducir algún cambio?
Andrés Gallardo: Ahora mismo no nos sentimos capaces de hacer piezas que no sean animales, tampoco queremos dar grandes saltos entre colección y colección, creando piezas súper diferentes. Muchas piezas son atemporales, forman parte de la colección permanente y no las quitamos, también hay piezas muy nuestras y nos gustaría que se identificaran con la marca como la pantera negra o el elefante roto.
La delicadeza de la porcelana y el reciclaje son los dos principios de los que parte vuestra marca, ¿os gustaría utilizar otro tipo de materiales para crear accesorios en futuras colecciones o pensáis establecer la porcelana como la insignia de la firma?
Marina Casal: La porcelana tiene que ser la insignia de nuestra marca, de hecho al principio teníamos otra mini colección hecha con telas y cintas y la quitamos porque ensuciaba. La porcelana ha resultado ser algo que atrae muchísimo, a nivel creativo nos interesa mucho más ese mundo y se ha convertido en la base de nuestro proyecto y queremos seguir evolucionando dentro del mundo de la porcelana. Queremos ir metiendo de manera muy sutil cadenas o cuero, pero si no utilizásemos la porcelana nos convertiríamos en una marca más.
Andrés Gallardo: La porcelana rota es lo que nos identifica pero también queremos crecer a otros niveles como el trabajo de la joyería, estamos investigando y profundizando en cómo engarzar las piezas en anillos, fundición, etc. No queremos cambiar los materiales sino evolucionar de otra manera con los mismos. Con la porcelana se pueden hacer tantas cosas y la joyería es un mundo tan amplio que siempre puedes combinar otras cosas con la porcelana, en un futuro lejano nos gustaría hacer una vajilla.
A nivel nacional vuestras piezas han tenido siempre una muy buena acogida en prensa, ahora empieza la expansión internacional, habladnos de ello.
Andrés Gallardo: Por ahora hemos llegado relativamente a poca gente internacionalmente, en España ha habido un boom porque la prensa se ha volcado con nosotros, ha habido mucha demanda y los puntos de venta nos han salido de forma natural gracias a la prensa y estamos muy agradecidos, las ventas online también van muy bien. Ahora mismo tenemos puntos de venta en Japón, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Australia, por otra parte es muy satisfactorio vender fuera porque la gente no nos conoce y nos damos cuenta de que realmente lo que importa del producto es que es bueno y se vende porque es bonito, que no es solo porque nos vean en prensa.
Marina Casal: Para nosotros es el futuro si queremos vivir de esto un tiempo, tenemos que estar fuera y confiar en las ventas internacionales. España nos ha dado una base para poder arrancar pero para seguir creciendo necesitamos salir fuera. Aquí se vende porque estamos en prensa pero fuera nos resulta un misterio saber cómo hemos llegado a una señora de Australia, que se encuentra en nuestras antípodas. La feria de París nos ha ayudado mucho a nivel internacional.
¿Cómo son los gustos de vuestros clientes? ¿Qué tipo de piezas tienen más éxito dentro y fuera de la frontera española?
Andrés Gallardo: Es un mercado muy diferente, en España se vende más lo comercial, las piezas más pequeñas, sin embargo fuera el público quiere las grandes piezas, ahora hemos reeditado el águila que hicimos para Lana Del Rey en blanco y fue un éxito en la feria de París, aquí la han comprado solamente dos personas. En España la gente valora el producto pero no se lo compran, ya sea por precio o porque no se lo ven puesto y prefieren otro tipo de piezas más pequeñas. Cuando hicimos la primera colección en España había dos piezas grandes y ahora que fuimos a la feria de París nos tiramos a la piscina e hicimos la mitad de la colección de piezas grandes, que fue lo que triunfó allí, eso a nivel diseño nos anima porque esa parte es mucho más creativa para nosotros. Muchas veces las marcas hacen cosas especiales para tenerlas como imagen pero nosotros tenemos la suerte de hacerlo y además venderlo y mirar hacia fuera te ayuda a abrir tu cabeza porque si piensas solo en España te pones límites.
Habéis creado una marca con una identidad muy fuerte, ¿cómo os veis en un futuro cercano y lejano? 
Andrés Gallardo: No queremos hacer cambios radicales, nos gustaría seguir sorprendiendo con cada nueva colección sin que sea totalmente diferente. Va a haber una evolución y vamos a sacar diferentes ramas o piezas de coleccionista como una figura de porcelana. Nuestra ilusión es expandirnos internacionalmente, que se consolide la marca y seguir manteniendo a los clientes que tenemos desde el primer día. Nos encantaría hacer colaboraciones en un futuro con casas de porcelana y con artistas. Nosotros nos lanzamos a hacer esto porque es algo que nos gusta 100% y pretendemos seguir esa filosofía: las piezas tienen que ser ante todo artísticas.
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