Ana Larruy cree firmemente que, si uno hace lo que le apasiona y trabaja duro, no existen límites, y predica con el ejemplo. Atrás quedan ya los días en que empezó a sacar fotos de sus amigas en su casa de Barcelona. Ahora vive en Londres, tras haber pasado por Nueva York y Madrid, donde sigue evolucionando como fotógrafa. Su trabajo, más centrado últimamente en el retrato, se compone de imágenes suaves, pero que nos presentan a mujeres que se salen del canon predominante en la moda. Sus mujeres son fuertes y sensuales, y desprenden libertad, igual que ella misma.
Empecemos por el principio... ¿Cómo empezaste en el mundo de la fotografía?
Creo que fue con 15 años, mis amigas venían a casa y organizábamos sesiones de fotos. Yo las maquillaba, las vestía y las retrataba. Después de un tiempo me di cuenta de que disfrutaba muchísimo haciendo eso y enseguida contacté con varias agencias de Barcelona para poder trabajar con sus modelos.
Pienso que, si uno disfruta con lo que hace y es persistente, no hay fallo. No hay límites en la vida, nosotros nos los ponemos, aunque no seamos conscientes. Pero somos capaces de hacer todo aquello que nos propongamos. Y es maravilloso poder expresar lo que uno lleva dentro a través de cualquier disciplina.
¿Qué te ha llevado a acabar en Londres?
Llegué a Londres porque se me presentó la oportunidad de ser asistente de Laurence Ellis, fotógrafo de moda con el que llevo trabajando un año y medio. El poder estar en grandes producciones y vivir el proceso creativo detrás de su trabajo me ha enriquecido muchísimo a nivel profesional. Me fascina la belleza y la luz de sus imágenes.
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En tu web pone que has estado en Madrid, Nueva York y Londres. ¿Has vivido y trabajado en todas? ¿Con cuál te quedas?
Sí, he vivido en todas. Primero vino Nueva York, justo después de salir de la escuela. Yo quería irme, viajar y ver mundo. Era una niña inquieta con muchas ganas de expresarme y desarrollar mi creatividad. Ahí estuve estudiando medio año en la New York Film Academy. Luego vino Londres, donde hice un curso de fotografía durante unos meses. Madrid fue mi siguiente destino, ahí estudié un Máster de Fotografía de Moda en EFTI durante un año. Ese mismo año conocí a Laurence Ellis, que vino a darnos clase. Las tres ciudades me han ofrecido oportunidades y experiencias muy distintas, pero también las he vivido en distintas etapas de mi vida y con distintas edades, y creo que eso ha hecho mucho. Siempre digo que lo que hace que a uno le guste o le disguste una ciudad, no es la ciudad en sí, sino la experiencia que uno vive en dicho lugar. Ahora mismo estoy muy a gusto en Londres, es una ciudad llena de oportunidades para la gente joven y muy activa en el sector creativo. Pero sé que no es donde quiero vivir para el resto de mi vida. ¡Yo pertenezco al sol y al buen tiempo!
Tu estilo, ¿es algo que has buscado conscientemente o simplemente ha salido? ¿Ha ido cambiando al largo del tiempo?
Definitivamente, ha sido algo que ha ido evolucionando con el tiempo y a medida que he ido creciendo. Diría que el estilo es algo que nunca se acaba de definir del todo, y eso lo hace sorprendente y mágico a la vez. Creo que las experiencias que vives, lo que ves, la gente de la que te rodeas, la música que escuchas, las películas, etc. te van formando visualmente, y vas creciendo con eso. No creo que el estilo sea algo que busques conscientemente, por lo menos en mí se ha dado de una manera natural y muy orgánica. Te haces consciente de la evolución cuando miras hacia atrás y ves el cambio que ha habido en tu trabajo, pero creo que la esencia siempre se mantiene, y al final eso es lo que diferencia tu trabajo del resto.
Cuando empecé a hacer fotos sabía muy bien que aquellas imágenes no reflejaban del todo lo que yo era, y mucho menos me representaban. Poco a poco, y creo que como todo creativo, he ido refinando mi estilo y me he ido encontrando más a mí misma en lo que hago. Puedo decir que lo que estoy haciendo ahora me representa muchísimo mejor, aunque sé que queda un largo camino por delante.
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¿Cómo describirías la estética de tus imágenes?
Cada imagen para mí es un mundo distinto. Este último año me he centrado mucho en los retratos. Hay algo de las caras que me fascina. Las facciones de cada persona son muy distintas y me parece increíble trabajar con eso.
Me gusta pensar que mis imágenes son tranquilas, suaves, silenciosas… Lo que sí tengo claro es el tipo de mujer que fotografío. Mi mujer es fuerte, sensual y con un toque bizarro. Me siento muy atraída por las caras especiales, creo que encierran un misterio fascinante.
Tu trabajo parece focalizarse en moda, ¿es así? ¿Qué es lo que te atrae de este mundo?
He vivido la moda desde muy pequeña. Mi familia se dedica a ello, así que supongo que fue uno de los primeros inputs que tuve.
Y efectivamente, mi trabajo es básicamente de moda pero me gusta retratarla de forma natural, cotidiana. Cada vez veo que me distancio más de la moda en cuanto a tendencias, y me centro más en la foto y el sujeto. Supongo que lo que me atrae ahora mismo son los colores y las formas, y cada vez menos la ropa simplemente como tendencia.
¿Cuál es el proceso creativo detrás de una editorial o lookbook? ¿Te sueles encargar tú también de desarrollar el concepto?
Depende mucho del proyecto que lleve a cabo, pero soy bastante partidaria de trabajar en equipo. Suelo tener muy claro lo que me gusta y lo que quiero hacer o transmitir, pero también me gusta dejar hueco para segundas y terceras opiniones, lo encuentro muy enriquecedor. Muchas veces, si te quedas solo con lo tuyo, tu trabajo se queda muy limitado, llega un punto en el que se necesitan más ojos para desarrollar un buen concepto.
Últimamente he estado trabajando con Lauren Faye, directora de arte y dueña del Instagram c_l_o. Conocí a Lauren aquí en Londres, hace relativamente poco, y nos entendimos a la perfección desde el principio. Hemos estado desarrollando un par de proyectos conjuntamente estos últimos meses.
"No hay límites en la vida, nosotros nos los ponemos, aunque no seamos conscientes."
Y una vez tienes la idea clara, ¿cómo suele transcurrir una sesión? ¿Qué buscas captar con las imágenes?
Me gusta tener una idea clara o un hilo conductor de lo que voy a hacer, pero suelo dejar espacio para el factor sorpresa. No me gusta limitar todo a ese concepto y no dejar que se salga de eso. También me he encontrado muchas veces, disparando, que iba con una idea muy clara y luego ha salido algo distinto, pero igual de válido y sorprendente. Eso es algo que me encanta: dejar que todo vaya transcurriendo de forma natural. Yo diría que no busco algo en concreto, sino que me encuentro con ello. Me abro a la situación y dejo que mi ojo observe y encuentre. Me dejo llevar por lo que el momento me inspira.
¿Qué tipo de proyectos te gusta más realizar?
Últimamente disfruto mucho haciendo test. Tengo la suerte de poder trabajar desde mi pequeño apartamento en Londres, que tiene una luz maravillosa. Los modelos vienen a casa, desayuno con ellos, hablamos y luego nos ponemos a hacer las fotos. Es un momento muy íntimo y relajado, no hay nadie más en la habitación. Y eso es algo que me fascina. Es cómodo para las dos partes y creo que luego se refleja en las fotos.
Últimamente el vídeo está en auge. Tú también te has formado al respecto, ¿te ves trabajando de ello?
Empecé a hacer vídeo poco tiempo después de descubrir la foto, de hecho me fui a Nueva York durante unos meses a estudiarlo. Recuerdo que en aquel momento empezaba a tomar mucha fuerza en el mundo de la moda, y a mí me fascinaba. En el vídeo encontré la continuación de la foto, me permitía hacer fotos en movimiento y contar historias. Sin embargo, con el tiempo fui dejando de grabar y me centré más en la foto fija; llegó un momento en el que quise centrarme solo en una cosa y escogí aquello con lo que empecé. También tengo que decir que mi hermano Max se dedica al cine y es muy bueno, supongo que eso me hizo ver que ahí hay todo un mundo muy laborioso, en el que invertir muchas horas para sacar algo bueno y jugoso. Y no soy muy de hacer las cosas a medias tintas. Aun así, tengo una handycam que voy cogiendo de vez en cuando y con la que voy grabando lo que veo, pero de momento solo tengo una gran carpeta llena de vídeos de momentos e imágenes. Quién sabe si en un tiempo utilizaré algo de ello para desarrollar un proyecto…
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¿Quiénes son tus referentes?
Me siento bastante atraída por la cinematografía en las películas de Rohmer, me alucina la combinación de colores. Alvar Aalto me parece particularmente inspirador, las formas en todas sus obras desde edificios hasta sillas, todo hecho con la mayor delicadeza posible. Las esculturas de Brancusi y los cuerpos finos y alargados de Giacometti. Mi padre es uno de mis grandes referentes. Creo que es una de las personas de las que más he aprendido y le estoy eternamente agradecida, me ha abierto las puertas a vivir y ver la vida como una celebración y expresión constante. Y mi madre, evidentemente, por haberlo hecho junto a él y por su gran capacidad creativa, la cual he heredado. Diría que las mujeres que me rodean en mi familia y amistades son un gran referente también. Son mujeres fuertes e independientes, creativas. Es curioso cómo la gente que te rodea influye mucho más de lo que piensas en tu trabajo, incluso más que la gente que trabaja en tu sector.
¿Cómo y dónde te gustaría verte en unos años?
Me gusta dejar que la vida decida lo que va a pasar, pero siempre teniendo claro lo que quiero, porque es muy fácil perderse… Me gustaría verme involucrada en lo que me gusta y sobre todo disfrutando de lo que hago. Quién sabe dónde y haciendo qué.
¿Tienes algún nuevo proyecto en mente? ¿Qué podemos esperar de ti en el futuro cercano?
Ahora mismo estoy trabajando en un par de editoriales que disparé hace poco. Voy haciendo a medida que surgen nuevas cosas. Hay que estar creando y haciendo continuamente, ¡esta es una de las cosas más importantes que he aprendido con el tiempo! 
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