Murciana de nacimiento e ilustradora de cómics por vocación, no deja cabida para la ñoñez en sus historias. De trazo dulce y argumento inquietante, las situaciones descritas por Ana Galvañ solo dejarían indiferentes a seres de galaxias lejanas familiarizados con la mezcla entre lo naive y el surrealismo más absoluto. Su último trabajo, Luz Verdadera, acaba de salir a la calle. Nos colamos en las viñetas de esta autora para descubrir un mundo de ciencia ficción cargado de realidad.
En el mundo de las artes gráficas parece que, si no eres un moderno ultracosmopolita, no eres nadie. ¿Cómo se consigue irrumpir en el universo del cómic con acento murciano?
La verdad es que nunca he tenido problemas con mi procedencia a nivel profesional y me parece algo disparatado que eso pueda influir a alguien a la hora de valorar mi trabajo. Si así fuera, demostraría un alto grado de estulticia e ignorancia. 
En cuanto a lo que llamas “modernidades ultracosmopolitas”, no te quepa duda de que la mayoría proviene de provincias e incluso de pueblos pequeños… En cualquier caso, yo vivo al margen de esnobismos y postureos, por lo que eso es algo ajeno a mí y a mis creaciones.
¿Tus ilustraciones siempre han estado ligadas al mundo del cómic, o las historias comenzaron a surgir más adelante? 
Sí, todo surgió del cómic. Empecé a dibujar básicamente porque quería contar historias, y fue difícil, porque por entonces trabajaba en publicidad y no dibujaba desde que era una niña. Siempre he estado más descontenta con la parte gráfica de mis historias que con los guiones, por eso sufro crisis estilísticas de vez en cuando que me llevan a una especie de catarsis creativa y vuelta a empezar. Creo que ese es mi motor personal. El día que esté contenta con lo que hago, dejaré de dibujar.
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¿Qué es lo primero que aparece en tu cabeza, la historia o la ilustración? ¿Cómo funciona tu proceso creativo? 
Lo que aparece en mi cabeza en primer lugar es una idea, un concepto. No sé si por defecto profesional, pero necesito una premisa para poder dibujar algo. A veces esa idea viene acompañada de una imagen potente, lo que lo hace más fácil. Y de esa premisa inicial voy estirando de hilos y creando escenas, situaciones, personajes y diálogos. Todo ello se gesta en mi mente hasta que me resulta lo suficientemente interesante como para apuntarlo. Así que tengo apuntadas muchas ideas y guiones que solo retomo cuando tengo un proyecto con el que darles vida.
¿Qué te inspira para crear obras tan particulares? ¿Cuáles son las influencias que podemos ver reflejadas en tus cómics?
Supongo que parte será de paranoias personales y parte de influencia de cosas que veo y leo, pero no soy demasiado consciente de lo que me inspira realmente. Solo sé que tengo la cabeza llena de ideas raras. “Estás podrida,” me suele decir una amiga (risas).
¿Hay algún autor concreto que haya marcado un antes y un después en tu carrera?
Recuerdo que cuando leí Akira de adolescente me pareció el cómic más emocionante y molón del mundo. Quizás ahí se encendió la chispa.
La editorial Fosfatina acaba de mostrar tu último trabajo: Luz Verdadera. ¿Nos puedes contar algo sobre este proyecto? 
Luz Verdadera​ pertenece a la serie F​osfatina 2000, ​que es e​s una colección bimensual de cómics de 16 páginas impresos en risografía. En ella también han participado Roberto Massó, Pepa Prieto, Jose JaJaJa y Begoña García-Alén. Es una colección que invita a la experimentación, al disfrute y al juego con el lector, señas de identidad de una de las editoriales más arriesgadas a nivel nacional. 
La mía es una historia de ficción protagonizada por un grupo de mujeres bastante peculiares que viven en el bosque en una especie de comuna. Reconozco que he disfrutado dibujándola y he aprendido cosas en el proceso que creo que me ayudarán mucho a afrontar las siguientes historias. Espero que las lectoras/es también la disfruten.
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La Nocilla, la Panchito... ¿Los personajes de tus historias tienen algo de realidad o te gusta vivir en la ficción?
Me gusta vivir en la ficción, pero L​a Panchito ​y L​a Nocilla​ en esencia existieron. Y existen.
¿Con cuál de tus proyectos te sientes más identificada y por qué? 
Siempre con el último proyecto en el que estoy trabajando. Mis proyectos van evolucionando conmigo y transmiten de alguna forma el momento vital en el que me encuentro. Los trabajos pasados me recuerdan a otros “yoes” con los que ya no me identifico tanto, aunque también son importantes, porque forman parte del proceso de búsqueda.
Si mañana hubiese un apocalipsis zombi, ¿qué obra sería imprescindible leer antes de que nos sorbieran el cerebro?
Es muy difícil escoger una sola entre tanta obras maestras. Por decir alguna, y quizás porque la tengo más reciente, recomendaría Arsène Schrauwen de Olivier Schrauwen. Creo que esta es una obra esencial para entender el cómic contemporáneo. En España todavía no se ha publicado completa, pero los dos primeros tomos se pueden encontrar en la editorial Fulgencio Pimentel.
Has participado en muchas publicaciones colectivas, ¿qué es lo más beneficioso de colaborar con otros ilustradores y con quién te sientes más a gusto trabajando?
Me resulta muy grato participar en proyectos colectivos con autoras/es afines y compartir ese espacio. De alguna forma, eso me hace sentir parte de algo, aunque sea muy pequeño. Los que más me gustan son los que proceden de fanzines y editoriales pequeñas. Uno de los proyectos más ilusionantes es el de la antología Teen Wolf, que será una coedición entre TIK TOK (la plataforma de cómics que coordino) y la editorial Fosfatina.
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Parece que hoy en día la autoedición es la alternativa más efectiva para muchos autores a la hora de publicar. Tú que conoces bien este mundo, ¿qué consejo le darías a alguien que va a comenzar a autoeditarse?
La autoedición en papel no es cosa fácil, ya que tienes que encargarte de todo el proceso tú sola: de la maquetación, la promoción, la distribución... Facilita mucho las cosas crearse una hoja de cálculo donde se vaya apuntando todo: lo que has distribuido y vendido, lo que te queda por recoger, etc. Si no, es un caos. Otra buena opción es publicar un webcomic, de forma que te evitas todo ese proceso y tienes la ventaja de llegar cómodamente a más lectores.
El año pasado fuiste la autora del cartel del GRAF de Barcelona, este año te toma el relevo Cristina Daura, ¿contaremos con tu presencia en marzo en este evento en torno al cómic de autor y la edición independiente?
¡Y entremedias también están Los Bravú, que hicieron el cartel para la edición de Madrid! Me consta que la organización de GRAF encarga los carteles a autoras/es afines al espíritu del festival, independientemente de su notoriedad, y eso es de agradecer. Fue un placer trabajar con ellos. A esta edición de Barcelona no podré ir, pero algunos de mis cómics sí estarán. 
Y para terminar, imagina que esta entrevista la está leyendo alguien que tiene la capacidad de editar ese proyecto que no te quitas de la cabeza. Adelante, convéncele, ¿en qué consiste?
El caso es que ya sé dónde voy a publicar mis próximos proyectos, al menos a corto plazo. Estoy trabajando en una serie de terror que publicaré en la plataforma TIK TOK y en otra historia para una antología de Fosfatina. Quizás para los siguientes, pero prefiero no adelantarme. No tengo prisa, solo quiero pasármelo bien.
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