En plena pandemia entró de lleno en el activismo social creando
Period Spain, una asociación que en muy poco tiempo ha logrado cambiar la agenda política. Algo inaudito, especialmente si tenemos en cuenta que la causa que defiende concierne especialmente a personas invisibilizadas a las que ella no solamente ofrece apoyo, formación y soluciones, sino que reivindica sus carencias y necesidades.
España registra un veinte por ciento de pobreza sistémica en su población. Una situación que no parece que nadie quiera revertir seriamente. El sistema ha logrado naturalizar una realidad que no se combate con suficiente contundencia. Ana y un grupo de amigas se han propuesto un objetivo al que ninguna persona de buena voluntad puede negarse: facilitar a las personas más vulnerables productos de higiene menstrual de forma gratuita, como ya ocurre en algunos países. Simone Weil defendía que la acción es lo único que importa para cambiar las cosas. De forma intuitiva, Ana ocupa la misma posición que la filósofa. Ha pasado a la acción comprometiéndose con Period Spain, y en pocos meses sus deseos se han convertido por ahora en un acuerdo de Gobierno que reduce el IVA de todos los artículos de cuidado menstrual al cuatro por ciento por ser considerados de primera necesidad.