Empecé a trabajar en esta exposición en plena pandemia, de ahí el título. Cuando ocurrió todo esto yo era incapaz de bajar al estudio y ponerme a trabajar. Estoy acostumbrada a pasar mucho tiempo de soledad en el estudio, pero no a que se pare el mundo. No solo tenía este proyecto, estaba liada con mi primera individual en Affenfaust Galerie en Hamburgo, y con el proyecto plantas de interior para la Universidad de Granada.
Me costó mucho trabajo entender que, a pesar de no ser médicos, políticos o lo que sea, entre otras cosas, podíamos hacer el mundo más bonito. Y ahora era el momento de demostrarlo. Es de las exposiciones más personales que he realizado; pura vida. Con esta situación sentí que habíamos muerto un poquito, pero la vida continúa, de ahí el título. Una narración de posibles experiencias vitales, desde el amor, el desamor, la sexualidad, la familia, la religión… Cosas que le pasaron al difunto, que gracias a estos acontecimientos resulta estar más vivo que nunca.