Para mí, ‘generación desechable’ es un término abstracto que surgió de la idea de, precisamente, el medio que estaba utilizando para retratar a las personas que necesito inmortalizar de alguna manera: las cámaras desechables. En cierta forma es una analogía del término que fue un poco azarosa. Reflexionando sobre este proyecto pude encontrar el origen en un año de campamento en el que hice muy buenas migas con las chicas y el último día me apeteció retratarlas una a una, siendo consciente de que ese momento no se iba a volver a repetir.
Ahora mismo, hago algo muy parecido: hay mucha gente a la que retrato y sé que no me la voy a volver a encontrar porque son producto del azar. Me gusta tener el registro de que me he encontrado con esa persona y hemos compartido un micromomento. Otras, sin embargo, forman parte de mi día a día; hay gente que está ahí plasmada y con la que llevo desde que empecé a hacer fotos hace diez años.