Londres, sin lugar a duda, lo es –junto con Berlín. Londres es una ciudad vibrante, joven, multicultural, donde cada día suceden cosas nuevas, donde el gobierno (que cuestiono por muchas otras cosas) apuesta económicamente por la cultura mucho más que España . Artistas esperanzados llegan cada día persiguiendo su sueño dorado del éxito y muchos otros marchan con la cabeza baja pero llenos de experiencias. Todo fluye, hay un movimiento constante.
Pienso que, por lo menos, la sociedad británica es consciente que promover el arte, el patrimonio cultural y dinamizar la producción artística es lo que generará o mantendrá el estatus de metrópolis, de centro del mundo del arte, para generaciones futuras. Por otro lado, Barcelona tiene sus joyas, sus fábricas de creación a las que les tengo todo mi respeto, galerías buenas y excelentes comisarios, intelectuales y creadores. Sin embargo, comparada con Londres, parece que sigue regodeándose con Gaudí, con el modernismo, con las olimpiadas de 1992 y en viejas glorias.