Presenté mi primera colección en Reino Unido como proyecto de final de carrera. Una colección que respira y se inspira en los festivales paganos nativos de España, en particular de la región de Murcia, donde nací y crecí, pero también el Carnaval de Lanz (Navarra), Jarramplas (Cáceres) y las Mascaradas de Mecerreyes (Burgos), entre muchos otros lugares de nuestra geografía. Cuando era niña, pasé muchos días en estas celebraciones coloridas y recuerdo el olor hechizante a incienso y flores que alimentaba el aire, las texturas de los trajes regionales, el espíritu festivo y pagano… Con mi colección, he querido recuperar la artesanía y las costumbres tradicionales del país, ayudando a preservar –y por supuesto, a avanzar y a acoger– nuevas culturas en nuestro patrimonio.
Un aspecto esencial de mi filosofía de diseño es el abastecimiento de telas orgánicas y de segunda mano para evitar el desecho y la contaminación del medio ambiente. La mayoría de mis telas provienen de mercados de segunda mano, también de ajuares de mi familia, donde encontré manteles de brocado, fundas nórdicas y colchas de cama fantásticos. Toda mi ropa está hecha a mano y algunos de los textiles han sido creados con la ayuda de mujeres en mi vecindario con la intención de ayudar a mejorar sus ingresos, afectados por su ubicación rural.