La novela empieza con un acto inmoral que desencadena su pertinente castigo: el protagonista se despierta en la cama de una habitación de hotel con una de las amigas de su mujer. Sin embargo, a medida que avanza la trama –que bien podría ser incluso de novela negra– esa historia se va quedando en segundo plano para dejar paso al pensamiento excesivo e inagotable del narrador y protagonista. En este monólogo infinito, Adam Thirlwell habla de la moral de su generación, del pensamiento corrupto y de la posibilidad de explorar otras posibles vidas.
Estridente y dulce es un título premonitorio, muy definitorio del personaje, que se hace querer y odiar a la vez. Aunque aún en fase embrionaria, el autor ya está trabajando en la adaptación de la novela al cine.