Las diferentes prácticas del artista protagonizan esta exposición: desde la pintura al arte textil, pasando por la escultura o el muralismo. Aunque los tapices hechos de hilo de trapeador teñidos a mano son protagonistas indiscutibles. En ellos, Gerstberger teje sus influencias tanto visuales como conceptuales, que resultan en una maraña a medio camino entre lo abstracto y lo figurativo. Lo tropical, lo primitivo, e incluso lo naive tienen cabida en su universo, poblado de referencias llegadas de todos los continentes, culturas y épocas, como el arte folk, el arte urbano, o el modernismo.
Por otro lado, las figuras escultóricas antropomórficas también presentes en la exposición las crea con objetos que encuentra en los mercados de la Ciudad de México, donde reside el artista. Objetos que se reconfiguran para representar a los personajes que trabajan dentro de estos mismos mercados recuerdan a los ready-mades dadaístas y al aprovechamiento material del Arte Povera.
Sin embargo, Yann Gerstberger ha desarrollado un estilo propio, reconocible, en el que los objetos de consumo masivo se mezclan con técnicas tradicionales y motivos étnicos, borrando la frontera entre culturas y entre pasado y presente. Y en la Galería OMR, su imaginario se encuentra rodeado por unos murales de tiza creados expresamente para la ocasión, que sirven de telón de fondo para sus coloridas piezas.