En tres días, veintiséis nacionalidades (y algunas, como Corea del Sur, incluso con varios músicos representantes). Esa es la premisa, una pequeña ONU de músicos. La pluralidad es uno de los más importantes valores del festival junto con el respeto al medioambiente. Por eso también podíamos encontrar artistas plásticos trabajando con materiales reciclados, o una exquisita zona de catering con productos locales y restaurantes de la zona. ¿Alguna vez te has planteado a qué sabe una hamburguesa de chipirones con queso de tetilla? ¿Y una hamburguesa de pulpo? Nosotros tampoco, pero ahora no nos imaginamos vivir sin ellas.