Pero no siempre ha sido así. “Cuando entré en ASICS en 1984, quería acabar con eso, renovar las formas y el color, y diseñar unas zapatillas que lucieran diferentes”, nos explica Mitsui. Y aunque él tenía clara su visión, no todos sus compañeros la compartían. Por ejemplo, el equipo de investigación, era algo más que escéptico respecto a las propuestas del diseñador. “Se podría decir que generalmente soy un tanto problemático, así que no estaban muy contentos porque mis diseños les resultaban confusos”, confiesa divertido. “Por ejemplo, la lengüeta dividida en las Gel-Lyte III. Los ingenieros de producto se quejaban de este tipo de cosas.”
Tal como dice el dicho, quien la sigue la consigue. “Continuaron rechazando mis ideas, pero yo seguí presionando para que pudieran llevarse a cabo. Finalmente se comprometieron y encontraron una buena solución”, nos dice. Aunque el hueso fuera duro de roer, Mitsui consiguió su objetivo, y con su nuevo modelo de zapato, ASICS se posicionó como una de las empresas más cool y visionarias. “ASICS siempre ha sido una empresa honesta. Intentamos investigar y desarrollar zapatos de buena calidad. Pero al principio, el color y el diseño de los zapatos eran tradicionales, muy conservadores. Desde el principio mi idea fue mantener el nivel que ya había, pero cambiar el producto en términos de apariencia, quería hacer algo mucho más exclusivo. Fue entonces cuando diseñé las Gel-Lyte III.”
Y desde entonces hasta día de hoy. Gracias a las colaboraciones, nuevos diseñadores que entran al equipo, y un zeitgeist más favorable a las zapatillas que nunca –los llamados ‘sneakerheads’ y coleccionistas–, ASICS ha conseguido seguir esa línea donde una estética actual y fresca combina a la perfección con la comodidad y el comfort que deben ofrecer sus zapatos. “ASICS es una empresa muy honesta. Honesto significa estar continuamente investigando, y crear zapatillas reales, zapatillas producidas con materiales de calidad que buscan ante todo la comodidad del consumidor. Eso es lo realmente importante. Debemos pensar en la satisfacción del consumidor.” Con la mirada puesta en el consumidor pero también en el futuro, el diseñador nipón concluye: “Tengo ganas de ver más nuevas creaciones. Hay que estar atentos, quizá los diseños que se hagan dentro de 20 años serán todavía incluso más increíbles.”