Sebastian Curi, que actualmente reside en Los Ángeles, empezó su trayectoria profesional hace 10 años creando personajes que destacan por la técnica tan singular que el propio artista emplea en sus obras; formas amplias y voluminosas acompañadas por fuertes y notorias líneas. Después de una larga trayectoria en la industria de la animación, el argentino se ha centrado en la disciplina artística de la ilustración, desarrollando un estilo único centrado en figuras extravagantes, donde predomina una estridente paleta de colores que combina a la perfección con una gama de tonos suaves.
De la exposición Translations cabe destacar cómo el ilustrador representa un conjunto de manos de considerable tamaño. A través de un itinerario artístico, podemos observar los diversos procedimientos que Curi utiliza para traducir su propio lenguaje digital; desde serigrafías, ilustraciones, hasta acrílicos y esculturas. Aquello tangible llega a resignificarse; la representación de las manos está lleno de un dinamismo propio de la obra del artista, un efecto que se acentúa a través de su trazo característico en todos sus proyectos.
Evolucionando en su técnica, Sebastian Curi es partícipe en un movimiento concreto y cada vez más creciente de artistas que provienen de la ilustración comercial –ya que el artista ha colaborado con marcas como Apple–, consiguiendo rematerializar los lenguajes digitales, soportes y formatos en un espacio infinito de experimentación.