El francés, de Andrey Smirnov, se sitúa en las calles de Moscú a finales de los años 50. Narra la historia de Pierre Duran, un joven estudiante francés que llega a la capital para internarse en la universidad más importante de la ciudad. Se sumerge de lleno en la vida cultural de la ciudad, tanto en la oficial como en la más underground, de la mano de sus amigos: una bailarina de teatro y un fotógrafo. Aunque esto consigue distraerle, Pierre no olvida buscar a su padre, un oficial que fue arrestado a finales de los años 30, lo que le ha llevado a la fría Rusia. Este film, con claras reminiscencias a la Nouvelle Vague nos recuerda a Soñadores, de Bernardo Bertolucci, centrado en las calles de París durante el Mayo del 68.