En el último día de desfiles, la pasarela se llena de color, volúmenes fascinantes y metros y metros de tejidos de la mano de Reveligion en una colección donde se hace manifiesto el espíritu bucólico de la firma a la vez que trata un aspecto muy personal para su creadora, la búsqueda de sí misma y la necesidad de encontrar nuestro lugar en el mundo.
Con varios años de experiencia, múltiples colecciones en el mercado y una larga lista de publicaciones y celebridades haciendo uso de la marca, la firma creada por María Rodríguez Blanco es ya habitual dentro de las grandes citas de la moda española y 080 Barcelona no podía ser la excepción. Con Outsider se tocan teman de alta sensibilidad y emotividad donde el foco principal está en los orígenes de la creadora y sus raíces andaluzas.
El uso del tul para la creación de siluetas innovadoras es ya insignia de Reveligion y esta colección nuevamente lo hizo patente. La superposición de varias capas de este tejido en grandes mangas y vestidos con los bajos prolongados convertidos en colas que siguen a las modelos llaman la atención, la variación de longitud de estas capas genera diferentes efectos y volúmenes, unos más redondos y frondosos y otros más alargados y planos.
Este mismo tul fue utilizado para poner en práctica ciertas técnicas textiles específicas de la región de Andalucía, como el macramé en vestidos, donde los nudos construyen el cuerpo y desembocan en bajos frondosos o los volantes, presentes en la mayoría de las prendas.
La otra faceta de la diseñadora, una también muy relacionada con sus orígenes, tuvo un peso importante en la colección, la de florista. Flores de diversos tamaños y características adornas las piezas, unas tan grandes que cubren todo el torso, otras más pequeñas distribuidas estratégicamente en pantalones. La unión de todos estos elementos pone de manifiesto cómo ha logrado su propósito, encontrarse a sí misma y hacérnoslo saber.
El uso del tul para la creación de siluetas innovadoras es ya insignia de Reveligion y esta colección nuevamente lo hizo patente. La superposición de varias capas de este tejido en grandes mangas y vestidos con los bajos prolongados convertidos en colas que siguen a las modelos llaman la atención, la variación de longitud de estas capas genera diferentes efectos y volúmenes, unos más redondos y frondosos y otros más alargados y planos.
Este mismo tul fue utilizado para poner en práctica ciertas técnicas textiles específicas de la región de Andalucía, como el macramé en vestidos, donde los nudos construyen el cuerpo y desembocan en bajos frondosos o los volantes, presentes en la mayoría de las prendas.
La otra faceta de la diseñadora, una también muy relacionada con sus orígenes, tuvo un peso importante en la colección, la de florista. Flores de diversos tamaños y características adornas las piezas, unas tan grandes que cubren todo el torso, otras más pequeñas distribuidas estratégicamente en pantalones. La unión de todos estos elementos pone de manifiesto cómo ha logrado su propósito, encontrarse a sí misma y hacérnoslo saber.