En la exposición se pueden ver un total de ciento setenta fotografías que forman parte de sus series más señaladas, realizadas entre 1957 y 2018. Además, el recorrido es acompañado por imágenes inéditas y archivos documentales. Organizada en seis series dispuestas cronológicamente, el itinerario empieza en las fotografías que forman parte del reportaje La Chanca, tomadas entre 1957 y 1965. En este, el fotógrafo trata tanto de describir como de dignificar el modelo de vida de las periferias en un ejercicio muy humanista. A partir de la década de 1960, afila este discurso con La Chanca en color, una mirada más abstracta que retrata la sensualidad cromática del barrio.
En Informalismos (1965), nos encontramos la faceta más informalista y la búsqueda de la pura abstracción hacia la que tiende Siquier desde ese momento. Son fotografías de las paredes desconchadas de las casas y de los muros de las cuevas. En sus propias palabras, “eran fotos de conceptos, que tuvieron una gran importancia. Aparte de su configuración estética, la tenía social. Era una especie de lectura del paso del tiempo.”
Seguimos avanzando por el recorrido hasta toparnos con una de las series más divertidas, La playa (1972-1980). Como fotógrafo contratado por el Ministerio de Información y Turismo, Siquier tuvo que hacer varios viajes a través del litoral español para captar imágenes de promoción turística. Junto a estas, inmortalizó el aspecto más carnal del nuevo turismo, la celebración del bikini y de los cuerpos no normativos. Una mirada que emana sentido del humor y algo surrealista, que lo vincula con el arte pop.