Las líneas rectas, simétricas y bien delimitadas remiten al imaginario de los años 70. Pablo Erroz ha imaginado una colección donde los ángulos son los elementos clave y los cortes transpiran corrección y exactitud. En todas las piezas surge trasversalmente un toque de masculinidad: el navy, el ajedrez, el rectilíneo. Pero, al mismo tiempo, el aire urbano y relajado se pone en evidencia: las cremalleras, los accesorios de inspiración retro industrial y las aplicaciones de pelaje blanco para los días más gélidos en la ciudad.