La muestra incluye cuatro acuarelas a lápiz sobre papel, una estructura de vidrio coloreado con soporte de plata y una instalación, Echo Activity, que refleja la pasión del artista por la experimentación de la relatividad espacial y temporal a través de sombras, luces, efectos ópticos y simulación de distintas perspectivas: estructuras dispuestas a modo de túnel comunicante formado por cuatro espejos y cuatro aros de aluminio rojo, azul, amarillo y verde que consiguen crear un poliédrico juego de luz y color donde nada es lo que parece.
Es una sensación extraña verse a uno mismo desde fuera pero a su vez forma parte de algo. Al atravesar las distintas salas observamos lo que ocurre en las contiguas como si nuestra mente se alejara de nuestro cuerpo, participando con cierta distancia, como si estuviéramos en otra dimensión abriéndonos a una nueva forma de estar presentes en la realidad. Según Eliasson, esta laguna que experimentamos es el espacio en blanco que tenemos antes de que nazca cualquier idea. Un lugar intacto donde se produce el encuentro entre lo que conocemos y lo que desconocemos.