Decir que la moda va más allá de las pasarelas es concebible, pero decir que la moda puede ir más allá del plano al que consideramos real y trasladarse a un universo tan inexplorado en este ámbito como lo es el digital, es una afirmación que cuesta más trabajo procesar. LR3 Studio continúa con su trabajo de eliminación de cualquier tipo de restricción, esta vez mediante una experiencia interactiva que fusiona moda, arte y tecnología.
Desde su creación hace tres años, LR3 Studios, al mando de Louis Rubi y su socio Daniel Correales, ha roto varios de los paradigmas más presentes en la industria de la moda, y a pesar del riesgo que esto pueda significar, lo ha hecho de manera exitosa. Con una propuesta en la que se le dice no a conceptos tan inherentes al sector como las tallas, el género, las tendencias, las temporadas y el fast fashion, ha llegado la hora de decirle no a la presentación de un show convencional y recurrir a la infinidad de oportunidades que ofrece lo que ahora conocemos como el metaverso, para ofrecer una experiencia más profunda en donde podamos conocer a fondo y en primera persona la visión de la firma.
Al ingresar al espacio dedicado exclusivamente a esta instalación en el Recinte Modernista de Sant Pau nos encontramos con un ambiente casi espacial, luces naranjas, color insignia de la firma, y humo acompañado de sonidos profundos y resonantes capturan todos nuestros sentidos y hacen que la experiencia sea inmersiva desde el primer momento. La forma de acceder a la muestra es a través de las gafas de realidad virtual dispuestas para los visitantes, donde al usarlas nos situamos en la pasarela que dará inicio al viaje por varios mundos que van desde los más naturales como un mar inmenso o un bosque espeso, hasta los más utópicos como una ciudad futurista o un laberinto de columnas infinitas.
Y es aquí donde se sitúan los avatares que funcionan como modelos para las nuevas propuestas de la firma, prendas que siguen el concepto de atemporalidad donde la innovación se encuentra especialmente en los tejidos, técnicas y colores, además de las proporciones, y no en la tipología de prenda, las cuales se mantienen y forman parte del repertorio LR3 de forma permanente. El trabajo presenciado en alrededor de 15 minutos es el resultado de la unión de esfuerzos de un extenso equipo el cual además de cargar con las dificultades evidentes de la creación de una colección, ha afrontado el desafío adicional y monumental que conlleva la traslación de lo real a lo virtual, sumando incontables horas de animación, patronaje 3D, creación de personajes y de escenarios, todo digital.
La diversidad de los avatares es el reflejo de la variedad de cuerpos usados como molde, recreaciones fieles de personas reales que reflejan el espíritu y el fundamento de la marca. Con esta experiencia la firma expande sus horizontes y sienta un punto de partida hacia el futuro, cuestiona lo lejos que puede llegar la moda y si la realidad que vivimos es la única o por el contrario, hay todo universo más allá del que conocemos pendiente por explorar.