Si el universo ha generado siempre mucho interés entre los artistas por su potencial metafórico y simbólico, en las últimas décadas el debate se ha centrado en un análisis de las dinámicas políticas y éticas relacionadas con su colonización. En este contexto, Loop Barcelona, en los márgenes del festival, propone una lectura alternativa del espacio cósmico a través de los trabajos de artistas reconocidos a nivel internacional y de un recorrido por diferentes espacios de la ciudad dedicados al arte contemporáneo y a la divulgación científica.
Uno de estos espacios es la Pedrera. El edificio modernista acoge la exposición monográfica Espejos de lo invisible, del reconocido artista británico Bill Viola. Una retrospectiva que exhibe desde piezas icónicas como Reflecting Pool (1979), hasta Autorretrato sumergido (2013), una de las creaciones más recientes del artista. El nacimiento, la muerte, el dolor, la redención y el paso del tiempo; Viola, a través de su trabajo, explora temas universales y manifiesta su interés constante por lo que significa ser humano y por la naturaleza transitoria de la vida. Con el uso de las tecnologías audiovisuales más sofisticadas, sumerge al espectador en un mundo interior propio, que lo confirma como artista pionero en el desarrollo del videoarte.
El festival también conquista la fábrica de creación Fabra i Coats, que acoge la exposición Un dia em vaig creuar amb un meteorit. La muestra, que ha inaugurado el festival este martes, recoge los trabajos de ocho artistas que utilizan el espacio cósmico como punto de partida para representar los deseos humanos, la vida en la Tierra y el conocimiento. Regina de Miguel, Irene Grau, Abel Jaramillo, Julia Llerena Iñesta, María Molina Peiró, Francisco Navarrete Sitjà, Belén Rodríguez y Pedro Torres, con obras de distintos formatos, reducen la aparente distancia entre el universo y la cotidianidad.