¿Qué pasa si nos disfrazamos de cocodrilo? Voilà! Punto de partida. Así es como funciona Goude, lleno de energía, fantasía y sentido del humor. El artista afirma beber del imaginario africano que recuerda de su niñez. “Llevando el cocodrilo a África, una área geográfica diferente, pone la marca en movimiento”, afirma Baptista. El resultado, una mirada multicolor: colores brillantes como el amarillo, naranja y rojo contrastan con el verde del célebre animal y denotan el carácter festivo.
Goude articula sus personajes con figuras orientadas hacia lo abstracto y geométrico, con sombreros triangulares y formas que recuerdan al origami. “Son elementos habituales en mi trabajo. La Bauhaus es una de mis referencias favoritas, especialmente Oskar Schlemmer y su Ballet Triádico.” Al mismo tiempo, les dota de un carácter puramente rítmico. Realmente parece que dancen, como un encantamiento. “Siempre me ha gustado el baile. Siempre que se presenta la oportunidad, el coreógrafo que hay en mí despierta y trata de montar un ballet.” Además, Goude insinúa que tiene más planes para estos cocodrilos, el tiempo dirá.