Sin duda, también llama la atención Metamáquina de Mónica Rikić, un proyecto de ficción futurista para reflexionar en torno a la espiritualidad artificial, que ella misma explica como “la posibilidad de que, en el marco especulativo de la postsingularidad, las máquinas conscientes experimentarán una necesidad similar a la espiritualidad humana, entendida como la experiencia de comunión con seres superiores o extraños a uno mismo.” Alrededor de pantallas explicativas nos plantan un ordenador con un teclado extraño que nos sugiere que nos comuniquemos espiritualmente con la máquina. En definitiva, una invitación a que nos plenteemos nuestra convivencia como humanos con lo artificial.