La jornada fue intensa. Empezó con un ciclo de master classes para creativos en las que participaron profesionales como María Ke Fisherman, Alberto García-Alix, Gorka Postigo y Debbie Smith, entre muchos otros. Después de unas horas dedicadas al aprendizaje, tuvo lugar una experiencia gastronómica de la mano de Rodrigo de la Calle, que fue galardonado al día siguiente con una estrella Michelin. El menú degustación estuvo inspirado en la naturaleza, como no podía ser menos, ya que el chef es uno de los máximos impulsores de la gastrobotánica en España. Seguidamente, Tom Jones (maestro blender) y Missy Flynn (conocida barmaid británica) hicieron una demostración de la importancia de la creatividad a la hora de crear whiskies con sabores imprevistos. Los asistentes, además, tuvieron la oportunidad de inventar su propio whiskey. Ya entrada la noche, y con los ánimos subiendo exponencialmente, los DJs se apropiaron del Palacio: nada menos que Pional, Benji B, Nano 4814 y Javi Bayo. Mientras sonaba la música, los invitados pudieron degustar algunas de las mezclas creadas por Missy Flynn.
Con todo, no cabe duda de que para
Johnnie Walker el blending es todo un arte. Y como tal, se merece todo el estudio y experimentación que se le pueda dar. De aquí nacen estos nuevos whiskeys que, bajo la supervisión del blender Jim Beveridge, se caracterizan por incluir sabores sorprendentes que salen de experimentar, por ejemplo, con vino, café o chocolate. La joya de la corona es Johnnie Walker Blenders Batch Red Rye Finish, una mezcla perfecta con la que se dio después de hacer más de 50 experimentos. Las técnicas utilizadas por los blenders de
Johnnie Walker siguen la tradición escocesa y eso se nota en el producto: uno siente que contiene historia y trabajo duro y es transportado a los paisajes verdes de donde proviene.