Pasan ya las nueve de la noche y en la sala, no hay un sitio libre. Y por fin, comienza el carrusel: la música empieza a sonar y con ella, el baile de modelos que van y vienen, exhibiendo las creaciones de los nuevos diseñadores. Sus colecciones, tan diferentes entre sí, son una ventana al mundo de estos jóvenes que desarrollan, a través de sus looks, su imaginario particular. Tienen en común un punto de irreverencia, propia de la edad… y poco más. Algunos de ellos apuestan por los materiales y técnicas más artesanales mientras otros trabajan más la deconstrucción.