Susan Sontag ya comentaba en sus ensayos que en las fotografías se suceden tres juicios: el primero es el de mirar, el segundo el de la moral y el último el del recuerdo. Cuando la sociedad mira lo hace ejerciendo el segundo, preguntándose qué está dispuesta a aceptar. El último deviene un punto de conflicto posterior, sobre el perdón o el respeto. La fotografía de moda está socialmente aceptada y vista bajo el foco de lo artístico, aunque lo que se presente sea una mirada masculina forzando una idealización de la mujer. Sin embargo, el reflexionar al respecto es algo que cuesta, aunque no por ello deba dejar de hacerse. Newton fue criticado por el movimiento feminista de los años 70, a los cuales se sumaron contracríticas como las de Derek Scally donde ponía al hombre como la verdadera víctima de sus fotografías.
El fotógrafo dejó una huella incomparable y enigmática en el mundo editorial. Fue considerado para muchos un provocador nato a camino entre el expresionismo y el BDSM y perteneciente a la misma generación de otras figuras como Richard Avedon o Irving Penn. Con las mujeres en el centro de su obra, su objetivo capturaba retratos, desnudos y la exuberancia del lujo frente a la vulnerabilidad del cuerpo desvestido. A su vez, no faltaban tampoco referencias a la cultura de su tiempo –uno que abarca cerca de cinco décadas– y un curioso sentido del humor. Revistas como Vogue, Egoïste, Interview y Vanity Fair se lo rifaban y David Hockney o Andy Warhol esperaban que el berlinés les sacase algún retrato. Sin embargo, de esto no es todo de lo que va la exposición.
Private Property también va del erotismo y el hedonismo. El psicodrama contrapuesto con el glamour o el eros contrapuesto a la búsqueda por la autopresentación. Hombres y mujeres fotografiados tal y como fueron concebidos, en blanco y negro, y dónde las luces y las sombras se configuran como un personaje más en la escena. A partir de aquí, no obstante, os animamos a cuestionaros varias cosas: ¿cuál es el rol de la mujer y del hombre en sus fotografías? ¿Qué mirada hay detrás del objetivo?