Hoy en día decir que el artista está castigado no es ninguna exageración. Y quien crea lo contrario, miente. Como muestra, el certamen que La Casa Encendida instauró hace más de 20 años para dar visibilidad a artistas emergentes. En un espacio de coloquio y reivindicación, ahora presentan Generación 2022 hasta el 17 de abril.
Michel Foucault apuntaba en una conferencia que si la obsesión del siglo XIX había sido la historia, a partir del siglo XX lo sería el espacio. Ignacio Cabrero, comisario de la muestra, se apoya en Especies de espacios del escritor francés Georges Perec y el cual animaba a sus lectores a seguir un orden de lectura totalmente aleatorio. En la muestra encontramos un conjunto de obras que buscan incitar a un diálogo arcaico respecto a nuestro lugar en los espacios y el lugar de los espacios en nosotros. Aquí os dejamos algunas de las obras que más nos han llamado la atención.

Eroa [Loca]
Nora Aurrekoetxea Etxebarria investiga, mediante la arquitectura y el lenguaje, la relación que se establece entre el cuerpo y los espacios domésticos. Considera que son un pilar para dificultar o facilitar las relaciones amorosas entre sujetos. Es por ello que presenta una metahabitación —una habitación dentro de otra—, donde un conjunto de objetos cohabitan, y se apoya en un texto a modo de instrucciones para activar y formular el espacio. Biombo, cama, silla y escaleras son parte de esta estructura que experimenta con la ausencia del cuerpo en las decisiones humanas.

Hail she Who Holds My Tongue
El título, extraído del libro States of The Body Produced bi Love de Nisha Ramayya, alberga la psique de Esther Gatón. Bioplásticos hechos a partir de cáscara de huevo y gelatinas, sensores de movimiento y la voluntad por un falso amanecer. Siguiendo la ley de acción-reacción, los rayos no son más que el efecto sobre la realidad iluminada, mostrando cada uno de nuestros vértices como seres humanos. Lo bonito, feo y ruin de nuestra realidad como sujeto se muestran en esta instalación que busca ir más allá en la psique de quienes la vean. Una instalación-bosque que construye patrones de comportamiento autónomos y tan imprevisibles como nuestra propia forma de amar.

Jolonque
Esta videoinstalación conformada, a la vez, por impresiones digitales y esculturas, plantea un documental experimental a partir de los rastros del cineasta Celestino Coronado. Su conexión con la música, la literatura y el teatro —las cuales hoy han quedado olvidadas—, dibujan el perfil de su obra. El nombre, recibido por la finca de su amigo Carlos Miranda, hace honor a un arte perdido y olvidado que ahora, en Generación 2022, busca ver la luz de nuevo.
Generación 2022 puede visitarse en La Casa Encendida, Calle Ronda de Valencia, 2, 28012 Madrid, hasta el 17 de abril.
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