Artistas como el italiano Simone Trabucchi con su último proyecto Still o el británico Endgame son claros ejemplos de la introducción de susodichos ritmos y melodías en el paradigma del techno experimental, así como el productor español Merca Bae con sets de puro dancehall y remixes electrónicos de compás reggaetonero.
No obstante, el festival no pierde ni mucho menos su esencia más pura: los shows audiovisuales del productor londinense Visionist acompañado del VJ luso Pedro Maia, o el de Ikonika y Mungo remiten a la naturaleza de techno minimalista, sobrio y futurista. Destacar también los nombres de la veterana y polivalente artista del Midwest Jana Rush, ícono del juke y el footwork; la transalpina Caterina Barbieri con su –de momento– único trabajo, Patterns of Consciousness, y M.E.S.H., el pseudónimo de James Whipple, donde en su último LP, Hesaitix, lleva a cabo una interesante deconstrucción de ritmos propios del clubbing de la escena berlinesa, en lo que se convierte en una obra basada en sonidos metalizados y casi épicos.