“Feminismo es la noción radical de que las mujeres son seres humanos”, decía Cheris Kramarae en A Feminist Dictionary. Con ¡Feminismos!, se reafirma su evidente argumento para ir un poco más allá y entender a la mujer de los años 70 como ser humano activo, participativo y determinante en el mundo artístico. Después de años de invisibilidad en esferas públicas y de sumisión en los ámbitos privados –que como con razón apuntó una de las escritoras y novelistas más influyentes del modernismo, Virgina Woolf: “Para la mayor parte de la historia, Anónimo era una mujer”–, llegaron los maravillosos 70 y con estos, las inconformes vanguardias feministas que, tan necesarias como revolucionarias, irrumpieron desafiando las construcciones de género y para liberar a la mujer de una opresión sistemática.
Y es por eso que el ciclo ¡Feminismos! es un grueso y ambicioso proyecto que reúne dos exposiciones: La vanguardia feminista de los años 70. Obras de la Verbund Collection, Viena y Coreografías de género, junto a un extenso programa de actividades paralelas –mesas redondas, ciclos de conferencias, performances y espectáculos teatrales y musicales, etc.–, que han servido para rememorar la lucha de aquellas que hicieron que tanto fuese posible y también para poner de manifiesto el diálogo, las continuidades y las rupturas entre el feminismo radical de los años 70 y los feminismos actuales.
Los años 70 y su inconformidad creativa
Por un lado, la primera muestra, La vanguardia feminista de los años 70. Obras de la Verbund Collection, Viena, comisariada por Gabriele Schor, fundadora y directora de la Sammlung Verbund Collection de Viena, es una gran retrospectiva en torno a la eclosión del movimiento feminista de los años 70.
Por primera vez en la historia, durante la segunda mitad del siglo XX, las mujeres encontraron en el arte un instrumento para denunciar la desigualdad y la opresión a la que estaban sometidas, un perfecto altavoz multidisciplinario que ayudó a difundir el relato que reescribió la historia del arte contemporáneo desde una óptica femenina y feminista. La fotografía, el cine, el vídeo, la performance y los happenings fueron terreno de cultivo para la creación de pluralidad de identidades femeninas realizadas por un colectivo de mujeres determinadas a cambiar la representación de la mujer no solo en el arte, sino también en toda la sociedad.