Que Desigual se ha caracterizado por ir siempre a la suya, es verdad que con mayor o menor fortuna pero quien no arriesga no gana, es algo indiscutible. Así que esta alianza con una de las artistas más personales y arrolladoras del momento, que ha sabido trazar su camino manteniéndose fiel a sí misma, luchando constantemente por llegar a este éxito que hoy disfruta, se entiende no solo como una operación estratégica, que lo es, sino como la celebración de dos espíritus libres que a base de tesón, orgullo, fuerza y pasión han sabido sortear los obstáculos que han ido apareciendo por el camino para llegar adonde están ahora. Y lo celebran sin pudor, a lo grande, como solo las divas saben hacerlo, con una campaña en la que Nathy Peluso se desnuda y se muestra espléndida, en su cuerpo, en su piel. Una campaña que no solo desnuda a la argentina de todo artificio sino que también desnuda a Desigual, o como si lo hiciera. Porque la marca de los estampados, de los colores, del exceso se despoja aquí de todo eso y abraza el blanco y negro en unas fotografías en las que la única pincelada de color que se permiten es uno de los bolsos de Maitrepierre, la firma francesa con la que Desigual lanza una colección esta misma temporada, y que la artista va colocando de forma estratégica para no enseñar más de lo debido.