Y tanto marear la perdiz para decir: ¡Sí, pintar es un traba- jo, lo quieras o no! Parece sencillo de entender, pero creedme que a mucha gente le cuesta pillarlo. Yo siempre les digo, ¿tú sabes que yo soy autónomo? ¿Qué hago facturas? ¿Qué todas mis obras tienen impuestos? Es justo ahí cuando les cambia la cara y empiezan a validarme. En el momento en el que el arte se convierte en una transacción burocrática. Más allá del esfuerzo, de la intervención manual, es solo cuando el capital interviene en la acción cuando cobra valor. En conclusión, David Macho no trabaja por amor al arte y espero que nadie lo haga. Así que, ¡qué no te engañen con darte visibilidad, porque de ella nadie vive!