Esta exposición permanente es un ente vivo, etéreo, en perpetuo movimiento. De cada sala emana una atmósfera propia en la que los visitantes se mueven y se relacionan con los objetos, el sonido, la luz y el espacio circundante. Durante unos instantes, la apatía cotidiana de la vida urbana se interrumpe, cediendo su lugar a la fuerza meditativa e hipnótica de la luz, el movimiento y el sonido. ¿Preparados?
La instalación Liquid Sky consta de unos ochocientos puntos de luz individuales. El reflejo de las paredes de espejo de toda la sala crea al mismo tiempo un horizonte de luz interminable que brilla como un cielo estrellado. Tanto la superficie tridimensional como las animaciones de luz son el resultado de complejas simulaciones por ordenador que imitan formas y movimientos de la naturaleza. Las continuas variaciones algorítmicas reproducen un cielo de luz ‘líquida’ que se asemeja bastante al oleaje reconfortante del mar.
Combinando ciento sesenta y nueve objetos esféricos negros en movimiento, Inverse se materializa en una entidad aparentemente viva sobre un fondo blanco deslumbrante. A partir de una silueta oscura y amorfa, un organismo unicelular, un curioso ser se despierta lentamente con el propósito de seducir al público. A veces flota ligera y elegantemente como una hoja mecida por el viento, y luego vuelve a hundirse en el suelo como una sólida masa hastiada. La apariencia y el carácter de esta escultura cinética cambian sin cesar.