Con un total de veintitrés canciones, pasamos del reggaeton al dembow y del techno a las baladas. Y es que hace unos días, cuando reveló el tracklist en su cuenta de Instagram, muchos pensamos que la extensa duración del disco sería un handicap, pero todo lo contrario: verle experimentar con sonidos que jamás habríamos pensado vuelve este álbum único en su trayectoria, y canción tras canción nos ofrece sensaciones nuevas.
El ritmo de
Después de la playa, la delicadeza de
Ojitos lindos o
Yo no soy celoso, la sensualidad de
Otro atardecer o el subidón de
El apagón han sido algunas de las que más hemos disfrutado. Y, claro, si su intención era la de explicar todo lo que siente en el verano, ha acertado de lleno: los estados de ánimo, las subidas y las bajadas, idas y venidas están descritas a la perfección en las letras de estas canciones. “Y ahora toca un verano sin ti, la estoy pasando bien no te voy a mentir. Pero a veces tu nombre no me deja dormir pensando en todos los planes que hicimos”, canta en la canción que da nombre al disco,
Un verano sin ti.
De igual manera, al mismo tiempo que el disco ha visto la luz del día, también lo hacían el videoclip de
Moscow Mule, y visualizadores en tres ciento sesenta grados del resto de canciones. Y no olvidemos las impresionantes colaboraciones con las que cuenta, pues
Chencho Corleone,
Jhay Cortez, Tony Diez,
Rauw Alejandro,
Bomba Estéreo,
The Marías y
Buscabulla dan vida a estos temas. Ahora queda esperar a que peguen el pelotazo, pero adelantamos que serán la banda sonora de nuestro “¡por favor, que agosto no acabe nunca!”.