Desde sus primeras posturas iconoclastas con respecto a la autoridad y la historia, la producción ‘artivista’ de Ai Weiwei se ha extendido hasta abrazar la arquitectura, el arte público y la performance. Más allá de la preocupación por la forma o la protesta, mide ahora la existencia del ser humano en relación con las fuerzas económicas, políticas, naturales y sociales, acoplando la artesanía a la creatividad conceptual.
Concebida para el parque y la sala central del museo de la Fundación Serralves, Ai Weiwei: entrelazar ha sido comisariada por Philippe Vergne y Paula Fernandes con el apoyo del estudio del artista, la Lisson Gallery y neugerriemschneider, Berlín. La exposición aborda el concepto de árbol como fenómeno biológico y como metáfora. En 1940, el padre de Ai Weiwei, el poeta Ai Qing, escribió el poema Trees1, en el que sugiere que los árboles pueden comunicarse entre sí bajo la tierra, a través de sus raíces. De ahí surge Iron Roots y Pequi Tree; las raíces fueron uno de los objetivos esenciales de la investigación de Ai Weiwei durante su estancia en Brasil en 2017.
Strength, Palace, Fly, Mr. Painting, Martin, Level y Party son los nombres de las siete raíces de hierro repartidas por el parque de Serralves. Las raíces de un árbol pequi —antiguo árbol autóctono de Brasil— descubiertas en el municipio de Trancoso de Bahía, consiguieron germinar hasta convertirse en estas obras de arte. Ai Weiwei convocó a artesanos chinos y brasileños para ensamblar cada pieza a partir de dos o tres raíces diferentes. Tras el ensamblaje de los fragmentos, se crearon moldes de estas obras y se enviaron a China para fundirlas en hierro.