La colección se basa en los gustos sexuales de los japoneses. Les gustan las chicas puras y delicadas, casi siempre rozando el límite de edad con lo ilegal. De ahí sale todo, una colección con referentes infantiles y oscuros, con referencias a los looks de colegiala y a accesorios SM.
La primera idea vino de la mano de una amiga. Un día llegó a casa con una falda de tablas corta y un jersey que casi la tapaba toda, ese es mi primer look en la colección. El resto lo desarrollé en Taipei, he estado tres meses viviendo allí y buscando tejidos e inspiración para los looks.
Las cosas han salido bastante como me lo imaginaba. Desde la música hasta muchas de las piezas de ropa siguen siendo fieles al primer dibujo. Los zapatos (Neosens y Birkenstock) son también los que pedí en el primer e-mail. Así pues, pocas cosas han cambiado, soy una persona bastante cuadrada cuando diseño y no cambio casi nada a medida que la voy haciendo porque, al final, ya sé que eso me crea inseguridad.
Sí! Creo que ha sido fruto de la evolución. Hacía tiempo que tenía ganas de usar algún estampado mezclado con cuadros y texturas y sabía que el primero, por la temática, tenía que ser de flores. Costó decidirme pero estoy contento con el resultado, sobre todo en los looks que salen mezclados topos, cuadros y flores. Me parece una mezcla muy japonesa (risas).
¡Wut Berlin en Japón!
Montar la tienda online y sacar un modelo de camiseta que este a la venta antes de navidades.
Me gustaría decir que viviendo en Asía. Taiwán, Hong Kong y Shanghái son los sitios que más me interesan por ahora.
Sinceramente, por bastantes (risas).
Me encanta María Escoté, Mikio Sakabe, Manuel Bolaño como cliente y admiro mucho a Josep Font, Valentino, Slimane…
La jardinería… no lo descarto si esto no funciona.
Me gustaría una entrevista entera a base de interrogativas totales en las que yo no tuviese que pensar mucho (risas).





