Nuestra vida cotidiana nunca ha estado tan conectada, parece que los aparatos tecnológicos sean extensiones de nuestro cuerpo que necesitamos del mismo modo que necesitamos un brazo. El futuro realmente es ahora nuestro presente con los filtros de Instagram, con esa realidad aumentada que ya nos sigue a todos lados o incluso en las formas de pensar e intentar entender el metaverso o los NFTs. Nuevos mundos y nuevas posibilidades se nos han abierto, así como nuevas formas de crear mimetizándonos con la tecnología para unir el mundo real con el digital en el mismo plano; una relación entre nuestra vida y la tecnología que nos ha hecho entendernos como sociedad.