SHB es algo más que la típica cafetería a pie de mar. Más que servir comida, Surf House (L'Almirall Aixada 22, Barcelona) nos ofrece un estilo de vida al que es difícil resistirse. Tras pasar un tiempo surfeando las olas de San Diego, Álex se negó a poner fin a todo lo vivido allí y, de vuelta a casa, optó por encontrar la manera de alargar su experiencia “galáctica” (como le gusta describirla a él) en Barcelona. Así surgió Surf House, iniciativa a la que su amiga Alba no dudó un segundo en apuntarse. Y es que, ¿a quién no le apetece un poco de California dreamin’? Hemos tenido la oportunidad de hablar con ellos sobre el proyecto que hace un par de días estrenaron.
Todo empezó hace un tiempo con mi proyecto final de carrera, basado en la creación de una piscina de olas artificiales. Surfeo desde pequeño y siempre he soñado con tener algo así en Barcelona (un sitio donde hay olas, pero pocas), así que me lancé a por ello y decidí bautizarlo con el nombre de Surf House. Mi padre, como siempre, quería controlar mis deberes y pidió que le enviara el proyecto. La idea le encantó y pensó que tenía futuro, por lo que decidimos ponernos manos a la obra y hacer realidad el sueño. Tras idas y venidas a San Diego y con todo muy encaminado, empezamos a ver cómo poco a poco el plan iba alejándose de la idea original y nos vimos obligados a frenar. Yo estaba en San Diego entonces, así que opté por quedarme un tiempo allí estudiando inglés y surfeando, viviendo bien básicamente. Estando allí se me ocurrió traer a Barcelona algo que aquí nunca encontré: algo así como una cafetería cerca del mar con sabor californiano.
Tras un año en Estados Unidos, volví a Barcelona con la ilusión de un nuevo proyecto para poner en marcha. El mismo día que aterricé, un 28 de diciembre, me dirigí a la Barceloneta en busca de local. Mi búsqueda fue un fracaso, no había nada. Pero afortunadamente, tras el desánimo inicial, un amigo me habló de un señor que buscaba vender su local rápido. Me tiré a la piscina y acepté, adopté el nombre e imagen corporativa de mi anterior proyecto y ya tenía lo fundamental sobre lo que empezar a construir.
Sí. Una vez elegido el local, lo que más me preocupaba era encontrar a alguien que pudiera echarme una mano con el tema de la carta. A Alba la conocía de hacía mucho, hablé con ella, le expliqué mi idea y le hizo mucha gracia. Ella preparó su propuesta en un pdf muy mono, me la presentó y me gustó. A partir de entonces, nos pusimos a trabajar y ha sido un no parar hasta el día de hoy.
Alba: Desde el principio todo el proyecto me ha hecho mucha ilusión. Desde el momento en que pensamos el primer plato, hasta ahora estar en la cocina. Además, diseñar caterings creativos con un concepto concreto en mente, es algo que me encanta.
Todo empezó cuando vine a Barcelona y me fui a vivir sola. Siempre me había gustado comer y la necesidad me llevó a la creatividad. Al poco tiempo, abrí mi primer blog y después otro, y más tarde, monté un catering. Surf House, sin duda, es el proyecto más serio en el que me involucro.
Alba: Mmmm… Quizá los tiempos a la hora de servir las comidas. Ser ágiles y evitar largas esperas es un objetivo a cumplir. Pero todo es cuestión de establecer unas dinámicas y coger el ritmo.
Lo he probado alguna vez y muchos amigos míos practican, es un mundo que me encanta. Creo que Álex va a tener que ser mi profesor durante todo el invierno…
Álex: Inevitablemente, la playa y el calor forman parte de nuestra filosofía, pero para el invierno tenemos muchos planes en mente. Más allá de la comida, Surf House va a ofrecer una serie de eventos y actividades relacionadas con el mundo del deporte: escuela de surf, entrenos, campeonatos de voley playa, películas, exposiciones de arte y fotografía...
Alba: Además, también hemos montado unos packs para los que se apunten a las actividades, con desayuno incluido.
(Risas) Alba: Nuestro objetivo no son solamente jóvenes y turistas aficionados al surf, tenemos los ingredientes necesarios para llamar a un público mucho más amplio. Además, nuestros precios son asequibles para todo el mundo.
Álex: La idea es desmarcarse y ofrecer algo distinto a lo que tenemos por aquí. Algo fácil y rápido, pero sano. La oferta gastronómica es muy amplia, ya que estamos abiertos todo el día y todo el año, por lo que iremos adaptándola de acuerdo a la temporada.
Alba: Se trata de una carta con personalidad que huye de lo típico. Batidos, cereales, tostadas o yogures con toppings para desayunar; huevos rellenos, dips, rolls y originales ensaladas para comer, y en un par de meses incluiremos también los platos calientes con hamburguesas y burritos. Por otro lado también tendremos la ventanita “take away” con sandwiches y zumos naturales.
Álex: La ensalada Alice Mango, de lentejas y mango ya tiene muchos seguidores, o el roll de cangrejo picante, el Kangreburguer, son apuestas seguras.
Alba: Los nombres de los platos ha sido cosa de los dos, pero Álex se ha encargado de bautizar todos los cócteles (risas).
Álex: Me considero cero creativo, pero tengo que reconocer que los nombres de los cócteles me han salido bastante bien (risas).
Álex: El circuito mundial de surf es una prueba en un país diferente del mundo, un total de once pruebas al año, conocido como The World Championship Tournament (WCT). Nuestro guiño al torneo ha sido crear crear The World Cocktail Tour, en el que incluimos un cóctel de cada país, un total de diez, cada uno con su nombre y descripción y elaborado con ingredientes propios del lugar.
Álex: Personalmente, me gusta mucho Fiji Dreaming, con maracuyá; el mexicano es muy especial, picante y con pimiento; el Japan Mary, con wasabi, jengibre y soja…
Alba: Bueno, ¡y el de la Barceloneta! Con sandía, ginebra, romero y lichi: el Galáctico SHB.
Álex: Tenemos muchas ideas en mente, algunas puestas en marcha y otras todavía por cerrar. Pero, bueno, poco a poco. Abrir una tienda de ropa está entre nuestros planes, por ejemplo.
Alba: Tenemos el blog y la web, además de nuestra página de Facebook y en Instagram. También podéis seguirnos con el hashtag #SHB