Sergio Caballero es un iconoclasta que transita en un universo propio forjado por una educación religiosa en pleno tardofranquismo y la eclosión cultural de los años 80. Co-director de Sónar, Festival Internacional de Música Avanzada y New Media Art de Barcelona y responsable de la imagen del festival desde sus inicios, presenta su tercera obra audiovisual “Ancha es Castilla / N’importe quoi” un cortometraje de terror inclasificable que podemos ver, de forma gratuita, en la web del festival.
“Ancha es Castilla / N’importe quoi” es inquietante y a la vez tiene un elemento positivo que sacude al espectador. ¿Cuál ha sido el proceso creativo?
Cuando me plantee hacer Ancha es Castilla, yo venia del proceso de tres años de trabajo con La Distancia, mi anterior largometraje. Película que se estreno en competición en el pasado Festival Internacional de Cine de Rotterdam y que en españa, la estrenaremos en la sección oficial del Festival de cine de Sitges. A mí me gustan las cosas rápidas, pero el cine requiere unos tiempos que son terriblemente lentos entre que piensas algo y lo puedes realizar. Tenía ganas de hacer algo rápido y muy directo. Ha sido como cuando juegan los niños con un palo y una caja y se imaginan que son superhéroes, nosotros hemos jugado con un palo y una patata.
Partimos de la idea de crear una serie de personajes elaborados con comida que fueran los protagonistas de un tema clásico dentro de las películas de terror: los exorcismos. Quería que los protagonistas estuvieran más cerca de las pinturas negras de Goya que de los típicos muñecos de animación. El trabajo de Lolo y Sosaku en el diseño de personajes ha sido magnifico. Una vez teníamos a la familia protagonista, la hicimos a tamaño humano para poder jugar con las dimensiones durante todo el rodaje entre decorados y realidad. Como en todas mis películas, no tenía guión previo y partíamos de situaciones o espacios para improvisar las escenas. Fue en la mesa edición donde se creó la historia, los diálogos fueron grabados con el iPhone en la sala de montaje, las músicas escogidas conforme las íbamos necesitando…
Yo soy de la opinion que un guión solo sirve para cerrarte las puertas, sobre todo si trabajas con la intuición, que es como yo llego al cine. A mí me han expulsado de todos los colegios, y pienso que no sirven para nada las escuelas de cine. ¡Las tendrían que cerrar todas! No enseñan a pensar a la gente; les enseñan a copiar. Anulan la creatividad de las personas. Pero volviendo a la pregunta, me apetecía que en Ancha es Castilla todo fuera muy sucio, crudo y sin problemas formales. Una película en que la belleza del error y el humor enfermizo fueran sus puntales.
En tu primera película “Finisterrae” tu hija te da una idea brillante que es utilizar fantasmas, en vez de actores, que te dejan a ti el control sobre los diálogos. En “Ancha es Castilla” tampoco trabajas con actores. ¿Por qué?
Cuando rodé mi segunda película La Distancia, conté con cinco actores y ninguno de ellos tuvo el guión en ningún momento. Uno de los protagonistas vino a rodar el primer día una escena en la que tenía que matar a un personaje y solo le di cuatro pautas. Por la tarde le preguntó al director de foto:
–¿Esta peli, ¿como se llama?
–La Distancia.–¿Y de que va?
–De un robo.
–Ah vale, vale... (Y siguió con su Whatsapp)
¡Esto es muy grande! Que uno de los protagonistas de la escena, ruede un asesinato sin saber nada de porqué lo mata y, lo mejor, no muestre interés hasta al cabo de unas horas es fantástico. Esto con un actor de academia no lo tendría. No me gustan los actores, hacen gestos raros, sobreactúan y lo peor son sus falsas voces… Prefiero trabajar con personas que transmitan alguna cosa real.
Romper estereotipos y la provocación parecen ser tus grandes motivaciones. Este proceso de improvisación en el rodaje, no parece que afecte a los planos ni a la composición de las secuencias…
Yo busco la composición de los planos desde una visión pictórica de los encuadres. No me gusta notar que existe un operador de cámara y peor si usa la cámara en mano. En mis películas me gusta que la cámara este siempre en trípode y los mínimos movimientos posibles, es como pintar. Más que romper o provocar, yo me acerco al cine desde mi forma de ser y no desde una postura o moda. Hago lo que sé hacer, sin pretensiones de genio pero eso sí, teniendo muy claro el mundo al te quiero llevar, donde es mucho más importante la atmósfera que la historia que se explica. Esto muchas veces hace que la gente no sepa cómo encasillarte, y crea desconcierto porque les han dicho que todas las películas tienen que ir de algo y tienen que contar alguna cosa.
No me interesa la narrativa, para mí lo más importante en el cine es crear un espacio y un tempo. Es entrar en un mundo, un lugar donde las cosas no son lo que parecen. Este es el cine que a mí me gusta y que quiero hacer.
Los personajes de tus películas hacen viajes en grupo y la mayoría de imágenes del Sónar son fotos de grupo, a excepción de la de Maradona... En el festival sois tres socios, para hacer una peli te rodeas de tu equipo y has colaborado durante muchos años con el fotógrafo Biel Capllonch. ¿Cómo lo explicas?
Yo soy muy fiel a mis amigos y a la gente con la que trabajo, que normalmente son amigos. Con Biel nos conocemos desde que éramos pequeños y trabajamos juntos desde las primeras campañas del Sónar. Estamos en un nivel que una vez comentada la idea entre los dos, él sabe lo que me gusta y yo sé como dispara él. Compartimos el mismo lenguaje. Estas complicidades son buenas.
Me gusta trabajar en equipo, cuando todo el mundo está tranquilo haciendo su trabajo a tu alrededor, esto suma en el resultado final de la pieza. Hay que saber dirigir, en el cine los equipos son grandes y tú como director tienes que tener agilidad al tomar las decisiones y no dudar ni ponerte nervioso delante de los marrones. Creo que se consigue más sacando una caja de cervezas en momentos difíciles que con unos gritos mal dados.
Hay muchos elementos que se repiten en tu universo y en las imágenes que has creado para el Sónar. ¿Cuáles son tus referentes? ¿Cómo es tu mundo?
Yo intento seguir mi línea y no seguir la tendencia, que es lo peor que puedes hacer. ¡Ahora todo el mundo se parece! Todos hacen lo mismo... Es espantoso toda esta cosa de los hipsters que de repente van todos con barba, se visten igual, escuchan la misma música, miran las mismas paginas y dicen las mismas tonterías...  Y dices, tíos, ¡que tenéis cabeza! ¡Pensad por vosotros mismos! Realmente su mundo es muy aburrido, cero interesante y tengo la sensación que ya lo he vivido… 
Con el tiempo te das cuenta que hay una serie de formas y materias que se repiten en tu trabajo. En mi caso la taxidermia, la nieve, el humor, la parapsicología, la provocación, la comida… forman parte de mi imaginario. Es curioso que normalmente llegas a ellos de una manera involuntaria, no predeterminada. Lo interesante es profundizar en este imaginario personal y crear tu propio discurso, tu propio mundo.
Pero has tenido problemas con tus trabajos...
Sí, problemas he tenido muchos, pero el problema no lo he tenido yo, ¡el problema es el intelecto de la persona que tiene problemas conmigo! Ver en la imagen de dos señoras enterradas por la cabeza, que estoy promoviendo el maltrato a la mujer, el problema no es mío, el problema es de la persona que ve eso. Y como este ejemplo, muchos, como que al escoger al Dioni estaba dando mal ejemplo a la juventud, o utilizar a Maradona era promocionar el mundo de las drogas. Hay gente muy retrógrada y con cero sentido del humor, lo preocupante es que todas estas acusaciones provienen en muchos casos de las clases políticas que han gobernado o gobiernan este país, de izquierdas o de derechas, y esto sí que es preocupante…
¿Cómo describirías el momento que vivimos?
Vivimos un momento totalmente fascista. Con la excusa de lo políticamente correcto, se está cortando la libertad de mala manera.
Es curioso, pero en los ochenta había más libertad y menos prejuicios que ahora. Si disecas un perro eres un desalmado, si dices maricón eres homófobo, si dices lo que piensas la gente enseguida se pone muy nerviosa con el ¡uy, qué dirán! Estamos viviendo un momento donde es difícil encontrar propuestas realmente arriesgadas. Todo está muy cuadriculado y salirse de la cuadrícula no esta bien visto. Es todo muy aburrido y poco interesante.
En cambio tú no tienes miedo y continúas en tu línea de una forma muy libre…
Sí, pero me crea problemas. Ir de un sitio a otro, si no pasas por el conducto reglamentario, tiene sus peajes. Por ejemplo, con mi cine, me encuentro que no soy de los indies, pero tampoco soy de los artists, estoy en el medio. Si pusiera música indie depresiva en mis películas de principio a fin, y hubiera planos de carretera, dirían, qué guay, tío y entraría en Sundance; o la otra opción seria ser mega arty, hacer películas turrones de tres horas para entrar en el circuito de los museos…, pero como estoy en medio no saben bien dónde ubicarte. Pero para mí lo más importante no es el reconocimiento, sino hacer los proyectos. Yo disfruto pariendo y trabajando en nuevas creaciones, lo que pase después con la pieza, muchas veces no depende de ti, no depende de ti que vaya mejor o peor, si no de lo muy encasillado que está el mercado.
¿Cómo ideaste la imagen del festival este año?
Estaba en una feria de vinos en Suiza y fuimos a un museo a ver una exposición de Basquiat, que por cierto me gusta mucho, y me quedé un rato mirando libros en la tienda. Encontré un libro para niños de personajes espantosos hechos con comida. Ese libro me abrió los ojos, hacía años que quería trabajar con comida para la imagen de Sónar. Fuimos al Mercadona a comprar comida, al chino de al lado de casa a comprar tonterías y luego fuimos a un paki a comprar una nevera de segunda mano… y nos pusimos a crear los protagonistas de la imagen.
Dices que no tienes iconos, pero un maestro indiscutible para ti es Tarkovsky.
Me gusta su idea de esculpir el tiempo, estoy cómodo en este tipo de cine, Bela Tarr, podría ser otro, y también me gusta mucho David Lynch, que tiene un mundo muy personal... Pero desde que tengo hijas, solo veo cine infantil y uno de mis maestros indiscutibles ahora es Kung Fu Panda!
Tengo la impresión de que tú quieres que el espectador piense...
Pero no que piensen en mí, sino que piensen por ellos mismos en lo que quieran. Que se planteen cosas. Cuando nacemos estamos limpios y rápidamente nos educan a obedecer y no a cuestionar. Tienes mucho trabajo en la vida para desprogramarte…
Tú ocupas el espacio que quieres ocupar en la vida, estás instalado donde quieres estar. Vas por libre y haces de tu libertad tu herramienta de trabajo hasta las últimas consecuencias.
Yo soy sincero. No aparento más de lo que soy, hago lo que puedo hacer y mi motor es la intuición. Para mí es lo mismo cocinar, hacer una peli, crear una campaña… Intento siempre hacerlo con la misma energía. Lo mas importante es poder disfrutar con tu trabajo, y este privilegio tienes que trabajarlo cada día porque vivimos en una sociedad que está orientada para que tu trabajo sea una fuente de recursos y no una manera de disfrutar la vida.
Podéis ver Ancha es Castilla / N’importe quoi aquí.