Con las miras puestas en República Dominicana, Javier Reyes comparte con nosotros la reformulación de Refresco, un proyecto de arte y diseño con espíritu del Caribe pero establecido en Barcelona, que nació en 2013 junto a su compañera Olga de la Iglesia y que ahora vuelve como aventura en solitario. Dedicándose a trabajar directamente con artesanos de República Dominicana y Haití, explorando diferentes materiales, procesos y formas, Javi busca establecer una relación entre el diseño y la artesanía mediante la importación de piezas y la creación de las suyas propias, inspiradas en el espíritu de estas culturas. Esperando llamar la atención sobre la dignidad y el potencial del trabajo manual, Refresco nos invita este jueves 28 de abril a la presentación de Manos Santas, donde reunirá el trabajo de distintos artesanos.
Quisiera empezar desde el principio. Cuéntanos cómo nace Refresco.
El proyecto empezó con una mezcla entre la ropa y la artesanía que recopilábamos de los viajes a República Dominicana. Con los años me di cuenta que lo más importante era desarrollar el trabajo con los artesanos, tener contacto con cada uno de ellos y conocer a fondo la diversidad que hay en esta cultura. En mi último viaje trabajé con ellos de forma más directa, y dedicando tiempo pudimos establecer mejores intercambios de ideas, involucrándonos así hasta el resultado final con la intención de crear una relación entre lo tradicional y lo contemporáneo.
¿Nos puedes contar más sobre el proceso de estas piezas y las experiencias compartidas con cada artesano?
Trabajamos directamente con los artesanos, cada uno tiene distintos procesos y usa distintos materiales. Primero hacemos pruebas para entender mejor sus trabajos y las posibilidades que tienen, y a partir de ahí creamos propuestas mezclando la técnica tradicional con nuestras propias ideas.
En general ha sido una experiencia única y distinta con cada uno de ellos. Viven en regiones diferentes unos de otros, y ya solo el contacto con las comunidades es algo interesante. Ver el contraste de sus vidas te da una perspectiva diferente, muchos habitan en zonas retiradas de sus pueblos, alejados totalmente de cualquier aspecto de la vida moderna. Entrar en estas realidades y poder establecer una relación con estas personas es algo que nos ha enseñado mucho sobre su cultura y su forma de vida. Son personas muy auténticas, cada uno con una historia distinta de cómo llegó a dedicarse al oficio de la artesanía.
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¿Qué productos nuevos ha realizado Refresco, y cuál ha sido su proceso y objetivo?
Hay un poco de todo, la idea este año fue intentar reunir la mayor variedad posible de artesanía, conocer nuevos artesanos y explorar nuevos materiales para crear un conjunto de piezas más completo.
Con cada artesano se desarrolló una serie distinta de trabajos. Una de estas fue con José de la Cruz, que se dedica a hacer las tradicionales máscaras del carnaval de su pueblo, Monte Cristi, en República Dominicana. La idea fue intervenir pintándolas personalmente con la intención de crear una colección de máscaras distintas, inspiradas en su trabajo.
Por otro lado hicimos una colección de esculturas de madera. Estuvimos trabajando en un taller de carpintería local, ubicado en la zona colonial de la ciudad de Santo Domingo, donde recopilamos diferentes partes de muebles y tipos de madera. Fue un trabajo basado en la interacción de las formas, el color y los tonos, que al mezclarse con el movimiento adquiere diferentes matices.
Y luego tenemos productos de tejidos naturales en palma cana, con accesorios como sombreros y varios diseños de bolsos y mochilas.
Buscas llamar la atención sobre la dignidad y el potencial del trabajo manual, ¿de qué manera propones esta nueva forma de creación y cómo logras presentarla en una cultura diferente a la nativa?
Pienso que se desconoce el verdadero potencial del arte y la artesanía del Caribe, que es reemplazado normalmente por una idea estereotipada de palmeras y piña colada. Queremos transmitir lo auténtico de este espíritu tropical con piezas seleccionadas y trabajadas a partir de una colaboración, creando propuestas mejor adaptadas a un mercado internacional.
Por otro lado, queremos documentar el trabajo de los artesanos de la mejor manera posible, sus procesos y la historia de cada uno para que el público conozca a las personas detrás del proyecto. Poder mostrar el gran trabajo manual que hay detrás de cada pieza y quién la crea transmite de forma más completa sus valores en otros contextos culturales.
¿Qué proyectos tienes planeados?
Tengo pensado regresar pronto y por un periodo de tiempo más largo. La idea es abarcar de la mejor manera la variedad del trabajo artesanal de estos países, dedicar el mayor tiempo posible a cada proyecto y aventurarse por la isla para conocer nuevos artesanos que dominen otras técnicas y materiales. Por el momento nos toca darle exposición aquí a lo que trabajamos este año.
Manos Santas se presenta el jueves 28 de abril, a las 18:00, en De Ubieta (San Pere Mitjà 70, Barcelona).