A mí la moda me ha interesado desde pequeña, pero no siempre de forma consciente. Más que en moda, me fijaba en el estilo, algo que tiene que ver con la intimidad de cada uno, con la educación que has recibido, con la visión que tienes de las cosas.
Yo, desde los 12 años, he tenido peleas terroríficas con mi madre por la ropa que me ponía, en el colegio siempre se metieron conmigo por mi forma de vestir, y todo eso, en vez de acomplejarme, me hizo ser más fuerte en un momento tan vulnerable como la adolescencia. Pero siempre me han interesado más cosas como viajar (¡tuve un camión!), conocer gente y culturas nuevas y, sobre todo la música. Me imaginaba antes en una banda de rock que siendo estilista. Realicé cursos de patronaje y diseño, pero los procesos creativos (del diseño) me resultaban muy largos. Un día, de forma casual, viendo una editorial en una revista, pensé que, si trabajaba en moda, eso sería lo que me molaría hacer. Siempre he creído que tengo visión, siempre me he fijado los pequeños detalles de las cosas que llevan los demás.