Mi carrera me ha dado muchos conocimientos, fue una buena elección. El diseño de interiores vino poco a poco. La inquietud y lo que te vas encontrando por el camino es lo que te lleva a disfrutar proyectos de otro tipo.
En el fondo, es algo que le ocurre a mucha gente y en distintos campos. Coges experiencia, que es importantísimo, conocimientos y rodaje en lo tuyo, pero muy a menudo llega el momento en el que necesitas empezar a hacer proyectos sin estar bajo la batuta de alguien. Si te lo curras para que llegue ese paso, el momento oportuno para hacerlo viene solo.
En los inicios, muy a menudo no todos los proyectos que te llegan permiten que los desarrolles como te gustaría. Aun así, siempre intento afrontar los espacios con una visión entre lo clásico y lo contemporáneo, manteniéndome en ese punto de inflexión y usando códigos que miran a lo que nos precede, aplicados a los espacios de ahora. Me gusta crear atmósferas elegantes, muy bien iluminadas y, sobre todo, confortables.
Uno de los motivos del nacimiento de Those Goods es que pueda convertirse en un escaparate donde poder enseñar mi estilo más personal. Lo vintage es una tendencia y eso es bueno, ya que en decoración es difícil conseguir alma o carácter sin incluir antigüedades o muebles de este tipo. Cada vez la gente lo tiene más y más integrado, y saben que es mucho más interesante que ir a Ikea.
Además de intentar que todos los productos hablen un mismo lenguaje, busco que sean piezas especiales y siempre de buena calidad. Intento huir un poco de estilos que ya tenemos muy vistos tipo mid-century, nórdico, mueble danés, etc. Por eso mismo, no hay muchos artículos. La selección está muy cuidada pero no por ello tienen que ser piezas exclusivas ni firmadas por diseñadores famosos, pero sí bonitas.
Lámparas y espejos, ¡los que quieras!
En realidad, para alguien que se dedica a crear espacios, ya sea en arquitectura o interiorismo, su espacio vital debería ser una de sus mejores cartas de presentación, ¿no? Al menos, a mí me ocurre. Me tomo mi casa como un proyecto más y cada poco la voy actualizando. Me gusta añadir piezas nuevas y que sea cambiante. Si esto ya le ocurre a mucha gente con su casa ¡imagina si trabajas en ello!
Mira, es como si te dedicas al cine y de repente te dicen que vas a trabajar mano a mano con Pedro Almodóvar... ¡te caes de culo al suelo! Luego, cuando te levantas, trabajas en proyectos a los que no estás acostumbrado, para quedarte con todo lo bueno e intentar que se te pegue un poco de ese savoir-faire.
Son muchos. Intento fijarme en referentes de todos los estilos y quedarme con los me interesan, Jacques García, François Halard, Dorothy Draper, Pierre Jovanovic, Jean-Louis Deniot, Dimore Studio, Joseph Dirand, entre otros.
Un lugar, el restaurante La Société de Paris. Hace poco vi Mummy de Xavier Dolan. Aunque no me declaro muy fan del director, reconozco que está muy bien hecha y la banda sonora es un acierto.
Me gusta trabajar con ambos. Haciendo casas, entras en la vida de alguien en un momento muy guay, pero los espacios públicos te dan más libertad. Una de las mejores sensaciones que puedes sentir al entrar en un espacio es que eso lleva ahí toda la vida, que todo hace match y tiene sentido, como que tienes la impresión que no podría estar de otra manera. Si te dicen eso, ¡date por satisfecho!
Me gustan los materiales nobles. Las maderas de roble, nogal y zebrano; mármoles, acero, latón, cerámicas esmaltadas, lacas tipo piano para muebles… Aquellos que no pretenden parecer algo que no son, y apuesto por aquellos que envejecen bien, cogen pátina y dan calidad a los espacios. Sobre los colores, todos funcionan siempre que estén bien usados. Uno que uso mucho es el Elephants Breath de Farrow&Ball.
Me chifla Pablo Pozuelo.
Ahora me quedo con Those Goods. Encargos, cualquiera del que pueda aprender y en el que el cliente confíe en mi trabajo me va a ilusionar.





