Entre Barcelona y São Paulo encontramos la firma de joyas Nathalie Schreckenberg Jewerly. ¿La misión de la marca? Encontrar lo perfecto entre lo imperfecto gracias a la intuición que tiene su creadora cuando empieza a diseñar una pieza. En esta primera colección encontramos formas naturales, redondeadas y sencillas que a su vez son elegantes y cómodas. Mezclando metales con piedras naturales Nathalie nos invita a sumergirnos en el mundo de la artesanía ya que todo su trabajo esta elaborado a mano, un proceso que, según la propia diseñadora, hace que las piezas puedan ser consideradas como auténticos amuletos. 
Te graduaste en Arte y Diseño por la Escola Massana. ¿En qué momento te das cuenta y decides sumergirte en el mundo de la joyería?
Cuando inicié mis estudios en Arte y Diseño ya me inclinaba hacia técnicas más bien tridimensionales como la escultura y el diseño de objetos. Durante ese período tuve la oportunidad de conocer algunas técnicas tradicionales de la joyería, como por ejemplo el cincelado y el modelado en cera. En esos talleres tuve mi primer contacto con la joyería y supe que quería seguir investigando otras técnicas en metal. Desde las herramientas, el ruido y el fuego, hasta la posibilidad de la completa transformación del material, sentí que era un oficio en el que me gustaría profundizar. A partir de entonces participé en todos los talleres de joyería que pude. La escala de las joyas te permite crear en poco espacio y con algunas herramientas básicas, algo que se agradece cuando estás empezando.
¿Cómo fueron tus inicios con las joyas?
Comencé trabajando sobre la relación entre la escultura y el cuerpo creando piezas que se amoldaban a partes del cuerpo pero que por sus formas, peso e incomodidad no eran de uso cotidiano. Eran proyectos más experimentales en los que reflexionaba sobre la necesidad histórica de las personas de incorporar objetos externos al cuerpo como símbolos, estudiando desde la ornamentación indígena hasta la joyería victoriana. Me fascinan las joyas étnicas como los brazaletes bereberes de formas punzantes que, cuando es necesario, pueden ser usados como instrumentos de autodefensa. O la ornamentación corporal de los indígenas brasileños Kayapó, que refleja un orden representativo que habla de la sociedad, la naturaleza y lo sobrenatural. Aunque muchos de esos atributos místicos de la joyería se hayan diluido con el tiempo, me acompañan a la hora de trabajar. Ya en São Paulo, aprendí la parte más técnica de la confección de joyas. Allí me familiaricé con el trabajo con piedras preciosas y semipreciosas. Brasil es un país de gran riqueza mineral dónde pude aprovechar para aprender un poco sobre gemología.
A parte de la joyería, también realizas proyectos que están relacionados con el mundo de la escultura. Las joyas se pueden considerar como pequeñas esculturas, ¿cómo relacionas tú estos dos campos artísticos?
Después de ese período de investigación muy provechoso, llegué a un momento en el que me apetecía crear una colección de joyas para llevar y hacer mi propia marca. La relaciono con la escultura porque pienso en volúmenes y proporciones desde esa base. Siempre me ha impresionado el hecho de que formas muy elementales se repitan con tanta naturalidad en ornamentaciones y artesanías de distintas civilizaciones. Es como si independientemente del lugar, del tiempo, de la cultura, hay formas que simplemente son inherentes a las personas y las buscamos una y otra vez. Esa repetición de las estructuras con pequeñas variaciones me parece hermosa.
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De hecho, mirando tu Tumblr encontramos que, a parte de la escultura, la arquitectura también influye en tu proceso creativo. ¿Es así?
Con la misma naturalidad que me influencia la fotografía, las películas y la escultura, también lo hace la la arquitectura. He crecido en São Paulo, una ciudad imponente e impresionante en el sentido arquitectónico y en la relación de ésta con la naturaleza, dónde se difumina el dentro y el afuera. No son tanto referentes conscientes a la hora de diseñar sino intereses que me acompañan en el día a día. Me gusta ver joyas diseñadas por arquitectos, creo que muchos se han lanzado a experimentar con la joyería porque te permite construir a una escala pequeña y autónoma.
Esta colección, con la que debutas, tiene presente la belleza de la imperfección. ¿Dónde encuentras la belleza de lo imperfecto?
Mi manera de trabajar es bastante intuitiva, pienso con las manos. Rara vez dibujo con detalle alguna pieza para luego ponerme a hacerla. Normalmente, me pongo a trabajar sin rumbo fijo y voy probando con el metal o modelando la cera, ese es el proceso que funciona para mí. Me ha pasado muchas veces que a raíz de algún ‘accidente’ trabajando ha salido la idea de un diseño. Es ahí donde encuentro la belleza o el valor de la imperfección. Ya sea en formas o en texturas, me parece que en esa espontaneidad es dónde surgen las piezas más especiales. No busco que las joyas sean impecablemente simétricas, me parece que lo bonito es que se vea que lo han hecho manos también imperfectas.
Mirando tus joyas apreciamos que la simplicidad y las formas naturales las acompañan. 
Las joyas de la primera colección tienen formas muy redondeadas, suaves, que son agradables al tacto. Creo que eso gusta porque de alguna manera acompaña al cuerpo y me parece que esta ergonomía acerca estas joyas a quien las lleva. Hago joyas que espero sean cómodas, singulares y que a la gente le guste llevarlas.
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Las piezas que diseñas están realizadas artesanalmente. Este proceso se ha ido perdiendo a lo largo del tiempo y son pocos los diseñadores que deciden apostar por lo artesanal. El hecho de realizar las joyas a mano consigue que tus joyas tengan autenticidad ¿verdad?
Pues en estos tiempos en que las impresoras 3D están cada vez más presentes y asequibles, a veces se me hace duro pensar en el futuro de técnicas artesanales… Pero sí, yo pienso que ese tipo de procesos manuales se trasmiten en los objetos haciendo que sean únicos y hay mucha gente que le da valor a esa manera de trabajar. Luego está el hecho de disfrutar haciendo lo que a uno le gusta y esa voluntad se contagia en los resultados.
Defines tus joyas como amuletos. ¿Qué conexión se puede establecer entre tus joyas y las personas que las lucen?
Al buscar formas sutiles y simples intento acercarme a diseños atemporales que generan un vínculo duradero con quien los lleva. Me parece que nos hemos alejado de calidades anteriormente relacionadas con las joyas por los nuevos procesos de fabricación, consumo y caducidad. Los modelos de esta colección han sido desarrollados con una voluntad de perdurar, es ahí cuando pienso en la palabra amuleto, pues es algo te acompaña en cercanía y en el tiempo. Cuando las personas llevan las joyas las cargan de identidad y de simbolismo y es ahí cuando se completa la relación.
¿Nos podrías adelantar alguno de tus futuros proyectos?
Acabo de lanzar la primera colección y la estoy dando a conocer, tengo muchas ganas de hacer una presentación en São Paulo y hacer alguna colaboración allí. También estoy comenzando los prototipos de las nuevas piezas. Son futuros proyectos para seguir haciendo lo que me gusta con paciencia y cariño.
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