Mia es el proyecto de la barcelonesa Emma Pardos. Bolsos y complementos de diseño sencillo y minimalista, pero que al mismo tiempo, se definen por la atención al detalle y la cuidadosa elección de materiales y estampados. Creaciones que contienen ese "je ne sais quoi" que nos hace perder la cabeza. Como dice la propia Emma, la fascinación por la luz, los colores y los volúmenes es el punto de partida de esta marca que ella misma ha creado y que dirige en todas sus vertientes. Con esta entrevista, conocemos a la persona que ha conseguido la fórmula secreta, no de la Coca-Cola, pero sí de los bolsos que siempre hemos querido tener.
¿Qué es exactamente Mia? ¿Cómo empezó todo?
Mia es una marca de bolsos que en muchos casos se ven acompañados de otro tipo de complementos. Empecé entre los años 2006 y 2008, sin grandes pretensiones a nivel de estructura de marca. Entonces trabajaba diseñando y produciendo exposiciones. Fui aprendiendo más sobre diseño y producción a medida que veía como la gente se interesaba por lo que hacía. Sobre todo descubrí mi pasión por el diseño, no había tenido contacto con un entorno parecido, así que me involucré en cada uno de los pasos, desde cómo hacer patrones hasta cómo vender mi producto.
¿Cómo funciona todo el proceso de creación?
El proceso de creación es continuo y no siempre es igual. A veces me centro más en la parte de concepto y otras en la parte de producto, aunque en realidad deberían ir unidas. Normalmente elijo un material y un color, y sobre estos crece el resto. A nivel de taller, prueba y error es lo principal. El proceso me resulta muy enriquecedor, me ayuda a entender el volumen y cómo construirlo, y eso me permite detenerme en el detalle mejorando los acabados.
Eres la cabeza y las manos detrás de Mia. ¿Cuáles son los puntos fuertes y las desventajas de encargarte tú de todo?
Tienes que hacer un poco de todo. A parte de diseñar y coser, hay que comprar los materiales, hacer las fotos, montar la tienda online, encargarte de los envíos, las redes sociales, etcétera. Y aunque eso, aparentemente, me hace estar en desventaja ya que no siempre doy tanto de sí o no puedo dedicarle más tiempo a otras cosas, en realidad me hace ser más completa y flexible.
Conozco la marca y los procesos, cada una de las costuras de los bolsos, cómo reaccionan los materiales… He cosido cada uno de los bolsos que he vendido, y lo mejor es que aprendo por el camino y lo disfruto, ¡y eso ya es mucho!
Conozco la marca y los procesos, cada una de las costuras de los bolsos, cómo reaccionan los materiales… He cosido cada uno de los bolsos que he vendido, y lo mejor es que aprendo por el camino y lo disfruto, ¡y eso ya es mucho!
Muchas disciplinas artísticas te inspiran. La eterna pregunta: ¿crees que el diseño se incluye entre ellas o por el contrario, tiene un aspecto mucho más funcional que hace que no se puedan comparar?
Estudié diseño de interiores, y uno de los motivos fue porque me gusta tener una visión global de una escena, crear un conjunto de pequeñas cosas que se complementan entre sí haciendo una sola, y eso mismo lo aplico a todo lo que hago. Como en el arte, el diseño también tiene muchas disciplinas y etapas de las que se puede aprender, y todo aquello que me revela algo nuevo. Me resulta inspirador. Eso sí, con la cantidad de estímulos que recibimos y a los que podemos acceder, también hay que aprender a mirar y a saber distinguir la información.
Trabajas con tejidos y materiales bastante especiales. ¿Cómo los encuentras y seleccionas, y qué importancia tienen?
Mia se inició un poco aprovechando restos de stock encontrados. Tejidos con texturas, patrones un poco imposibles, y colores pastel. Selecciono estampados y texturas que me gustan, los compro y luego decido cuándo y cómo los uso. En cierta manera, son estos acabados los que caracterizan mi trabajo, al igual que el color, que es muy importante en todo lo que hago.
Si pudieras escoger un material imposible para crear, ¿cuál sería?
Me gustaría trabajar con muchos materiales. Soy de las que creo que todo se puede hacer o al menos intentar, ¡así que dime tú! (risas).
Tus diseños parecen bastante atemporales. Sin embargo, ¿te importan (o eres consciente) de las tendencias?
He intentado ser libre en ese aspecto, aun siendo consciente de las tendencias, la marca no ha pretendido eso. Sigo las cosas que pasan en diferentes ámbitos. Me gusta el arte en todas sus facetas y campos, sean tendencia o no. Me atrae saber lo que pasa o ha pasado por el mundo, cómo se hacen las cosas y estar al día. Así que me importan en la medida de lo que pueda aprender o sacar algo de ellas.
Ya llevas un tiempo con Mia. ¿Has descubierto un perfil más o menos definido de clienta o te sigues sorprendiendo?
Creo que la gente que compra Mia es muy variada, cosa que me alegra. No me gusta dirigirme solo hacia un tipo de público.
¿Cuál es tu hoja de ruta a seguir con Mia? ¿Qué planes tienes para ella?
Por ahora estoy preparando la próxima colección, y luego ya se verá. Lo principal es dejar de encargarme totalmente de la producción y aprovechar ese tiempo para otras cosas.
Y tú Emma, ¿qué quieres ser de mayor?
¡Ya soy mayor! (Risas)
